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jueves, diciembre 04, 2025

Onda

Soy un gran lector de clásicos.

Haber disfrutado de Madame Bovary, Trafalgar, La tía tula o La montaña mágica es algo que queda dentro para siempre. 

Lo que sí observo, en mis intentos actuales de acercarme a escritores de hace siglos, es cómo la onda literaria actual vibra en otra frecuencia. La falta de tiempo para el ocio que padece nuestra sociedad hace que se haga bola para muchos el poder pausar los ritmos para leer capítulos largos donde, aparentemente, no pasa nada.

No hay paciencia.

Se pide más emoción, más rápido, más golpes de efecto, menos profundizar.

Es un reto al que nos enfrentamos los escritores actuales: saber narrar en la prisa de los demás.

Cada lector mira cuánto queda para terminar una escena, cómo de largo es el texto de facebook, qué porcentaje del ebook llevo leído, qué grosor le queda aún a la novela. 

Corremos, corremos, sin saber muy bien hacia dónde. Sin pararnos a disfrutar de estar parados. De respirar.

Recomendaría vivamente a Machado: 'caminante no hay camino, se hace camino al andar'.

No hay sitio al que llegar.

Muerte

Desde hace años hay una anciana que se muere en nuestro patio.

Sus gritos de dolor no paran desde no sé ya muy bien cuándo. A cualquier hora del día o la noche, de pronto surgen los ¡ay! continuos que se me meten en la piel para recordarme lo horrible que puede llegar a ser la vida.

Son tres hermanos los que conviven en ese piso. Él es un impresentable y a las dos mujeres las recuerdo, de siempre, asomadas a su ventana, dando los buenos días a cada vecino que salía por el portal.

Cada mañana suenan los gritos desesperados de una a la otra:

¡Carmen! ¡Carmen!

Es angustioso tener que irse del mundo así.

lunes, diciembre 01, 2025

Captura

Leía que quedamos para resumir vivencias, no para compartirlas.

Programamos cafés y cenas para ponernos al día, que es precioso, sin atender a que hemos dejado de crear memoria juntos.

Por eso es tan bonito quedar con una amiga y perderse unos días por Italia. 

No es lo mismo contar cómo lo hemos pasado que disfrutar de haberlo compartido.

Vivimos en un mundo programado.

Desprogramémoslo.

Bruno

Hay un restaurante del Algarve al que solemos acudir los viernes por la noche, directos, desde Sevilla, en cuanto terminamos de trabajar.

No es difícil enlazar que lo relacionamos con la pura felicidad.

Vamos a ese lugar no porque tenga la mejor comida, que la tiene, sino porque está Bruno.

Un portugués sumiller, casado con una sueca, recién padre de un pequeñín, que nos aconseja vinos de escándalo.

Cuando llevamos semanas sin ir, escribe a Fran:

"Me acaban de traer algo que os va a encantar".

Sueños

Es difícil que sueñe con alguien que no se desdoble en dos.

Puede acompañarme toda la noche mi hermana Raquel, que al mismo tiempo es la presentadora del Telediario. O mi amigo Martín, que se confunde con un compañero de Aveiro.

Yo vivo odiseas extraordinarias en mis sueños que nadie me sabe explicar.

¿Qué hago siempre conduciendo bicicletas de veinte metros de altura?

Ya en la ducha, tratando de reconstruirlos, me pregunto cómo el hombre ha llegado a la luna y no ha sabido descifrar las aventuras que vivimos al dormir.

Tal vez ahí se encuentre el germen de la mejor terapia mental.

domingo, noviembre 30, 2025

Bailar

Cuando pienso en gente feliz, me la imagino bailando.

No hay más que mirar a los niños. Esa falta de pudor cuando suena una canción y se bambolean de un lado a otro.

Porque no hay cosa más tonta, más innecesaria, más relajante que dejarse llevar por la música.

¿Quién no ha aprovechado un ratito a solas en casa, ha puesto el equipo a todo volumen y se ha lanzado a la pista del salón?

Ese día, ese rato, era feliz.

jueves, noviembre 27, 2025

Mérida

Venía en coche desde Valladolid, seis horas de ruta hasta Sevilla, tras una semana agotadora de trabajo. 

Con mi música, a mi bola, con la futura novela en mi cabeza y las ganas de cenita romántica con Fran, cuando paré a echar gasolina al entrar en Extremadura.

Se me acercó un hombre con uniforme de trabajo.

¿Pasa por Mérida?

Sí le dije.

¿Puedo ir con usted?

No le respondí, con toda la carga de una semana tras de mí de reuniones, seminarios, cenas de trabajo. No, lo siento. Necesito estar solo. —Me miró como quien mira a un extraterrestre.

Terminé de echar gasolina y miré hacia un lado. El tipo se tomaba unas cervezas en una mesa cercana, pero a mí me dejó una mochila de culpabilidad.

Bendición

Caía la noche por la vieja Sevilla, volviendo a casa, y vi una iglesia abierta.

No tener prisa me hizo asomarme.

'Se bendicen embarazadas', decía un cartel en la puerta.

¿Cómo conseguirán especializarse en eso? 

¿A qué ángel habrá que recurrir para que te den el título?

Me quedé tan flipado, que se me olvidó entrar.

Anónimos

Hay señales tontas que me llevan a otros tiempos y allí, entre la bruma de mi memoria, se me aparece gente con la que me lo pasé en grande.

Entonces trato de ponerles nombre, de encontrar una pista, de decirme cómo podría dar con ellos de nuevo.

Sí, en los recodos de nuestras neuronas hay una biblioteca de personas de las que perdimos el hilo de dónde tirar para preguntarles cómo les trata la vida que un día compartimos.

Amore

Era tan estúpida que me encantó.

Si te esperas un rato, te doy una mesa me dijo la camarera, con cara de sargento y el pelo tan estirado en una cola que dolía la propia frente de verlo.

Era un restaurante de Bari especializado en orechiettes y no queríamos perder la oportunidad de probarlos antes de terminar nuestro viaje a la Puglia.

Ya sentados, le pedimos un vino de la carta y nos riñó.

Ni se os ocurra tomarlo con la pasta. Entonces nos cogió la carta y nos dijo cuál debíamos elegir, incluso más barato que el que habíamos elegido. Este vino es el amor.

Ya comiendo vi al de la mesa de al lado, cotilla, fotografiando nuestra botella. Se la coloqué para que apareciera bien la etiqueta y el hombre, encogiendo los hombros y en italiano, se justificó:

Quería tener un recuerdo de 'l'amore'.

lunes, noviembre 24, 2025

Tout s'en va

No soy masoca, pero me gusta sufrir en pequeñas dosis.

Sobre todo al leer, al escuchar música, al escribir, al meterme en mundos oníricos que provocan un sufrimiento que, siendo virtual, no deja de conmoverme.

Me ocurre con una canción de Calogero, un intérprete francés que no dejo de recomendar.

En ella, 'Yalla', resuena una frase hermosísima: 'tout s'en va'. Palabras que recogen una emoción que me lleva a asomarme al precipicio.

Tout s'en va... todo se va, todo acaba... Entonces pienso en mi vida privilegiada, en mi amor eterno, en la gente que quiero, en lo feliz que soy... y me arrebata el dolor del 'tout s'en va'...

Tout s'en va.

Importante

Cuando echo la vista atrás para entender mi más que positiva carrera profesional, a sabiendas de mis muchísimas limitaciones técnicas como ingeniero, llego a una conclusión:

Mi gran cualidad es saber detectar qué es importante.

Me lo aplico también a mi vida personal, de la que no me quejo. He sabido, en los momentos decisivos, tomar el camino correcto. He entendido, en el día a día, qué es lo que realmente marca.

Hay personas preparadísimas que no llegan donde merecen porque se entretienen en lo accesorio.

Gracias

Soy malo.

Cuando le abro la puerta a alguien, le dejo pasar en la cola del súper o le explico cómo llegar a un sitio y no me lo agradece, les digo:

De nada.

Quien lo recibe reacciona con un gesto de mosqueo, pero me da igual. Me gusta provocar a la gente maleducada.


lunes, noviembre 17, 2025

Profesora

Hay quien se molesta porque dejes de seguirles o los bloquees, sin atender a la responsabilidad que tiene cada uno en publicar lo que publica.

Cada vez que alguien se posiciona en las redes se está sometiendo al escrutinio público.

Me consta que en muchas ocasiones me han bloqueado por expresar puntos de vista que no gustan a quien me lee.

Tras muchas vueltas, me vi obligado a borrar de mis contactos a una gran lectora de mis novelas. Una profesora de primaria negacionista del cambio climático empeñada en defender ideas trogloditas. 

¡Una profesora que modela las creencias de decenas de niños!

Prefiero perder un lector a simular que no lo veo.

domingo, noviembre 16, 2025

Italia

Que Italia es un país entregado al catolicismo no es algo que necesite un viaje para confirmarlo, pero hay escenas que van más allá de lo esperado.

Entrábamos en una iglesia imponente a la que restauraban su fachada. Impresionado por la grandeza de su interior, no hice mucho caso al guardia de seguridad apostado en la puerta.

El caso es que había un cura rezando que no lograba encontrar en ninguno de los altares. Un hombre que repetía unos salmos que entendí que eran la lectura del rosario.

Entonces, al salir, para mi asombro, vi que era el de Prosegur el que, desde su puesto de vigilancia, iba cantando por un micrófono los ora pronobis que resonaban en todo el templo.

Confesión

Impactados por la belleza de la Plaza de la catedral de Lecce, entramos a visitarla.

Todo giraba en torno a San Oronzo y pronto vimos, por determinados ensayos de gente moviendo velas y cruces, que ahí iba a pasar algo relacionado con 'la penitencia'.

Así que continuamos el paseo por la ciudad con idea de volver.

Al regresar nos encontramos con una iglesia abarrotada de sacerdotes confesando por todas las esquinas y gente haciendo colas.

Sobre todo, mujeres.

Nos sentamos a observar la historia de siglos. Cómo mujeres comparten sus pecados con hombres que las juzgan y que, lo tengo claro, en gran parte de las ocasiones, no las orientaban por el camino de la liberación, la autoestima y el empoderamiento.

No había más que ver las caras.

Supersticiones

Las supersticiones se quitan quitándoselas, porque si las alimentas acaban por bloquearte.

Convertimos una casualidad en ley, para lo bueno y para lo malo, hasta creer que estamos a salvo de malas noticias y tocados por el aura de una santa bendición. 

La realidad es mucho más prosaica. Romper los ritos es la mejor forma de comprobar que no hay rutinas que nos protejan. 

La salvación está en la acción. 

Pécora

En Italia no gusta lo verde para empezar. Si quieres una ensalada, salvo excepciones, debes pedirla como guarnición con el plato principal.

Así que acabas por comenzar las comidas con panes con burrata o tablas de chacinas.

Un mediodía nos decidimos por comenzar por un surtido de quesos. Cuando nos lo trajeron les pedimos que nos los explicaran, aunque fuese en italiano. 

Entonces nos señaló el orden en el que debíamos comerlos y de qué animal era cada cuál. 

Al llegar al último nos señaló: 

Este es de pécora.

Y se sorprendió con nuestras caras de espanto.

Sustos

Veíamos un Cristo yacente, tras un cristal, en la catedral de Amalfi.

Analizamos las similitudes con el Cristo velado de Nápoles que habíamos admirado el día antes.

Mira la posición de la mano izquierda, mira los dos cojines donde apoya la cabeza me decía Elisa. Es el mismo simbolismo.

Y la corona de espinas, colocada a sus pies -añadió Fran.

Entonces giré la mirada para ver los pies y me topé con un angelito a un palmo de mi nariz.

Mi grito de horror y el salto hacia atrás rompieron toda la magia.

Esculpían para asustar.

Amalfi

En cuanto entramos en el restaurante de Amalfi nos saludaron en castellano. 

Soy cubano nos comentó con una energía arrolladora mientras nos preparaba una mesa grande.

Especialmente atento con Elisa, le agradecí como la trataba.

¡Cómo iba a hacerlo de otra forma, si me he criado entre cinco mujeres!

Escucharle hablar de su madre era un canto a la vida.

Tortilla

Sé, porque me lo dice la experiencia, que hay momentazos del presente que se disfrutan incluso más en el futuro.

Atravesando en barco el Tirreno, entre Amalfi y Cetara, decidimos comprar los ingredientes para una tortilla. Teníamos una casa en Ravello que queríamos disfrutar.

Ese vinito de pueblo, mientras se freían con calma las patatas, escuchando las risas de Elisa, viendo a Fran preparar la mesa, va a ser un lugar al que volveré muchas veces cuando la vida se tuerza.

viernes, noviembre 07, 2025

Mujeres

Cenábamos en un bar muy coqueto por Plaza de Armas.

Todo novelista lleva un mirón encima y esa noche, relajada, me embelesé con la risa de dos mujeres que debían rondar los cuarenta.

No eran carcajadas, ni sus decibelios eran altos, ni sabía de qué hablaban. Eran, simplemente, dos mujeres libres pasando un buen rato.

A los chavales ultraderechistas de hoy en día les explicaría que en esa escena está el triunfo de décadas de democracia.

Taxista

Tras una jornada agotadora, tomé un taxi en una tarde desapacible en una ciudad norteña.

—A la estación, por favor.

El hombre, hablador, me empezó a contar que ese día no tenía previsto trabajar, pero que la lluvia le había hecho abandonar sus planes. 

—Eso es una suerte, ser uno su propio jefe —le dije.

Animado por mi respuesta, empezó a soltar por esa boca improperios acerca del mundo mundial, en un discurso lleno de descalificaciones racistas que rozaban la ignominia. Entonces decidí irme de allí sin abrir la puerta. 

El taxista, al parar en un semáforo, se giró, extrañado por mi silencio.

—Pensé que se había ido.

—No me apetece hablar con usted.

Quién me iba a decir que algún día tendría el valor de hablar tan claro.

Palangana

Mi hermano es palangana.

Como lo era mi padre.

Yo, afortunadamente, soy bético. Seguí la estela de mi madre.

A los sevillanos, en cuanto nos presentan a alguien que es del equipo contrario, lo vemos más feo.

Es gracioso cómo hay sentimientos que te instalan de pequeño de los que no te podrás deshacer.

Puede parecer una tontería, pero cuando la rivalidad vive dentro de casa, aprendes a querer al enemigo. Cuando el Sevilla gana un partido o un trofeo a mí me revienta, pero entonces pienso en David y en mi padre, y me relajo.

Samsung

Rey del despiste, llevo años relacionando mi acierto en conectar a la primera la carga del móvil con mi buena suerte.

¡Qué tino!

Porque cuando quiero llenar la batería del teléfono es a la hora de dormir, en esos instantes en que estoy más para allá que en este mundo. Tomo el cable, apunto y acierto. Nunca lo pongo al revés.

El otro día, en una reunión soporífera, me dio por analizar. Horror. Los conectores actuales son simétricos, igualitos por arriba y por abajo, no como los de toda la vida que solo tenían una posible posición.

Con lo a gusto que yo estaba con mi buena suerte.

jueves, noviembre 06, 2025

Corazones

Hay gente a la que no veo y que sabe todo de mí.

Así que llega una boda, una comida en un restaurante o una película en el cine, nos encontramos y me demuestra estar al tanto de mi vida, pensamientos y proyectos.

—Te leo a diario en las redes, Salva.

—Pues levanta el dedito —le respondo cariñoso—, muéstrame que estás ahí.

Cuando alguien se abre en canal y yo lo hago a diario es muy agradable recibir algo a cambio, aunque sea un pequeño corazón.

—Oye, Salva, que estoy aquí.

Goloso

Soy de un goloso empedernido y esa parte insana en mí se enfada con el Salva cuidador de su cuerpo.

Por mucho estrés que me invada, no perdono mi rutina de los seis mil pasos. Llueva, truene o haga 40 grados. No hay ni un solo día, en años, en que no los haya caminado ese mínimo imprescindible.

Las tardes de más pereza me pongo como objetivo una confitería en la calle Canalejas que tiene unas palmeras de chocolate espectaculares. Ir y volver desde casa viene a supone cumplir con el compromiso diario. Compromiso con más nadie que conmigo mismo.

Entonces, una gran parte de las ocasiones, rodeo la manzana donde está la pastelería y me vuelvo sin pecar. Me sirve como la zanahoria al conejo.

Eso sí, hay días en que caigo de lleno y me regodeo en el Salva pecador.

Tiempo

Tengo una ley laboral propia, y está por encima de cualquier otra:
si alguien quiere hablar conmigo, eso va primero.

Da igual si es un problema técnico o un desgarro personal.

Uno deja lo que esté haciendo y pone en ese compañero todos los sentidos.
Porque cuando alguien necesita hablar, no estar ahí es un modo de romperle algo.

Todo lo demás —los plazos, los informes, las reuniones— puede esperar.
Negarse a escuchar es la forma más silenciosa de envenenar un equipo.

Puglia

Descansar, para mí, no implica reposo.

Implica cambio. Y el cambio suele asociarse a paisajes ajenos.

A estas alturas, el año pasado, mi descanso fue Roma. Desaparecí diez días para encontrarme a mí mismo en esa imponente ciudad, sin planificación ninguna. Caminar y detenerme donde me apeteciera. Comer aquí, sentarme allí, echarme una cabezada cuando me lo pedía el cuerpo.

Esa Italia me calmó.

Este sábado vuelvo a repetir descanso, uno de no parar desde Nápoles a Bari, recorriendo la costa amalfitana, Matera y la Puglia. 

Volver a reflexionar sobre dónde voy en lugares que me abracen con su belleza.

Igualdad

Iba en el AVE y dos señoras hablaban de sus familias.

Lo sé porque, aunque ya me gustaría no haberlas escuchado, sus voces me impedían trabajar.

Hablaban de cómo se les iban quedando sus casoplones vacíos con la partida de sus hijos. Eran casoplones porque daban detalles del número de habitaciones que tendrían que cerrar.

El mío pequeño no ha sacado nota para entrar en Ingenieros, así que lo hemos metido —¡atención, lo hemos metido!— en la privada, en el CEU, tú sabes...

Sí. Yo sé. Todos sabemos. Quien no progresa es porque no quiere.

miércoles, noviembre 05, 2025

Metálico

Hace unos días me devolvieron un dinero que presté y decidí no ingresarlo en el banco. Pensé que teniendo billetes en la cartera sería un poco menos gastoso.

Los problemas no vinieron por ahí, porque sigo siendo callejero, sino por mi torpeza para moverme con efectivo.

Son siete con dos —me dice la del Carrefour.

¿Siete con dos? Empiezo a sacar billetes y monedas para que la cajera vaya picando de la palma de mi mano, porque hacía años que no los utilizaba para realizar ningún pago.

Me ocurre casi lo mismo que al escribir. Ya solo uso el boli para las dedicatorias de mis novelas.

¿Qué significa esa palabra? me preguntan, apurados.

Y no la entiendo ni yo.

domingo, noviembre 02, 2025

Hipoteca

La hipoteca se va vaciando conforme se vacía la vida.

No hay mejor metáfora de la existencia, que ver cómo conforme vamos quitando carga vamos perdiendo fuerzas.

No dudo que hay un componente de victoria personal en esos bocados que le vamos dando a esa deuda infinita. El sistema es lo que quiere, que seamos ciudadanos ejemplares en busca de nuestro cachito propio de paraíso. 

Más que el sistema, es la banca la que siempre gana. 

Tantos miles de millones de euros de beneficio cada año que da incluso vergüenza ajena.

Eso sí, no les pongas impuestos: no vaya a ser que contribuyan al bienestar de esos ciudadanos que los hacen inmensamente ricos.


Sucio

Para hacer deporte en el colegio nos cambiábamos en las gradas del polideportivo. Éramos pequeños e imberbes. Pero un día uno de los mayores, desagradable y cretino, se bajó los calzoncillos y nos mostró de forma burda los genitales. Recuerdo sus carcajadas al hacerlo.

Cuando nací a la sexualidad, sintiéndome diferente, busqué todas las herramientas que un crío inteligente puede encontrar para renegar de la propia naturaleza, por temor a defraudar, sobre todo, a los padres.

Así que, durante mucho tiempo, utilicé la imagen de ese gañán mostrando sus genitales para hacerme con la sensación de asco a lo masculino.

Era mi propia autoterapia de conversión. La más cruel, la que aún deja una estela, la que envenena los propios deseos.

Hay quienes votan a partidos que quieren instaurar esa tortura para jóvenes de familias bien, que ya sufren con terror el no ser como sus padres hubieran querido que fuesen.

sábado, noviembre 01, 2025

Arena

Miro la arena bajo el Arte Náutica y veo al pequeño Iván jugando al fútbol con la camarera.

Hay imágenes, benditas, que quedan para siempre.

Ese restaurante es nuestro refugio, donde Fran y yo acudimos tras el duro trabajo de la semana, desde hace veinte años, cada vez que nos acercamos a Portugal.

Lo descubrimos cuando mi sobrino era un renacuajo al que no le gustaba comer. Se venía con su balón y se liaba a pegar patadas a los pies del local, erigido sobre patas de madera en plena arena.

Una tarde, una camarera bajó a jugar con él.

Bondad

El jueves por la tarde hablamos de la bondad.

Era una tertulia con mujeres lectoras acerca de 'Lo que hicieron de mí'. La habíamos convocado en el café Piola, uno de los escenarios de la novela, y pronto saltó la polémica.

—¿Cómo puede tanta gente ayudar a Álvaro en esta historia?

Había quien criticaba tanto buenismo; otras compartían ejemplos personales que desmentían mi teoría, basada también en experiencias personales, de que lo bueno trae a lo bueno.

Con todas las excepciones del mundo.

La edad es enemiga para mucho, pero aliada para aprender a elegir de quien rodearte. Si eres una persona de luz y tienes carácter para alejarte de quien no te conviene, es probable que cuando pidas ayuda a esos que has elegido, te la den.

Entre otras cosas, porque sabrán que tú harías lo mismo.

jueves, octubre 30, 2025

Merengue

Hay lágrimas que no imaginas que puedan llegar de golpe, pero ayer aparecieron.

Apagué luces para ver el funeral de las víctimas de la DANA y la atmósfera de dolor se apoderó de mi salón, acariciando el clímax de tristeza cuando Naiara cantó el amor por su marido muerto, Slim, un inmigrante a quien conoció en Mallorca, venido de Túnez, y al que llevó a su tierra valenciana cuando se casaron.

Con quien compartía su vida desde hacía 25 años.

Narró cómo esa maldita noche llegó con sus hijos a casa y allí no estaba Slim, cómo atravesó todos los terrores hasta recibir la terrible noticia de que ya nunca más lo vería con vida.

Habló entonces de un pastel que hizo su marido unos días antes. Naiara tomó el merengue que lo coronaba y lo guardó en el congelador. Incapaz de comerlo, incapaz de tirarlo.

Así quedaron tantas vidas: como un merengue en el congelador.


Sillón

Para mí la felicidad son las mañanas de sábado sentado en mi sillón del piso del Algarve componiendo historias, con el pie de Fran buscando caricias de mis manos.

Ese placer del tiempo detenido, de no necesitar nada, de congraciarse con uno mismo.

El mayor grado de madurez de un ser humano radica en no conocer el aburrimiento, en saber sacarle partido a esos grandes ratos en los que el mundo no nos demanda nada.

Siento que mientras nuestro bienestar mental venga dado por rutinas que no se miden en dinero, estamos salvados.

domingo, octubre 26, 2025

Llorar

No solo tenemos el íntimo derecho a llorar nuestros dolores, sino que pocas actividades me parecen más sanas para calmar al frágil individuo que habita en nosotros.

A lo que no tenemos derecho es a llorar todo el tiempo. Y cuando hablo de llorar, me refiero también a la queja y al lamento.

Porque nuestro desconsuelo, cuando se prolonga, lo embadurna todo de tristeza y parálisis; esa hiedra lo agarra todo por las piernas, las nuestras y las de quienes nos quieren.

Yo comparto trabajo con gente a la que no le he escuchado en meses otra cosa que lamentos. Y, aseguro, que esas personas perjudican seriamente, no solo mi productividad, sino mi salud mental.

Barcelona

Cuando hago repaso a mi vida viajera, encuentro con facilidad el instante que más me impresionó.

Ayudaba que yo era un crío, que apenas había salido de Sevilla, que iba con una ilusión tremenda a participar en mis primeros campeonatos de España de remo.

Fue mi entrada en Barcelona. Cómo la avenida Diagonal abría aquella ciudad enorme en dos a nuestro paso. Tanta belleza, tanta gente, tanto coche, ¡tantas historias!

Asomado a la ventana de mi autobús, camino de Girona, me quedé impactado por la potencia de un lugar que no podía imaginar, por entonces, que visitaría tantas veces cuando me hiciera mayor.

Linkedin

Las redes sociales suelen servir para alimentar el ego, pero hay algunas, como LinkedIn, donde este puede alcanzar cotas de narcisismo.

Entiendo su utilidad para la búsqueda de empleo o para tratar de generar contactos en tu mismo nicho profesional, lo que ocurre es que el ser humano es víctima de su propia petulancia y la aplicación se convierte en una auténtica hoguera de las vanidades.

Llena de frases grandilocuentes para presumir de cada proyecto, de verbos excesivos para declarar tu amor por la empresa, de descripciones más que trabajadas de puestos directivos para hacer ver al mundo tu valía.

Los 'I'm excited to share this with you' lo inundan todo y yo, honestamente, no me 'excito' tanto con el día a día de mi empresa, por mucho que sea el primer interesado en que nos vayan las cosas bien.

Guapo

Cuando una persona ha sido rabiosamente guapa en su juventud, ya tiene anticipada la condena de 'en lo que se ha convertido' en cuanto la vida empiece a trazar los primeros signos de decadencia.

Por eso es tan complejo nacer guapo: quienes lo hacen reciben recompensas y castigos injustos solo por serlo.

Porque sí, la belleza abre puertas a quien la posee, pero si se abusa de ello puede que llegue el punto en que se cierren en las narices por no haber comprendido que lo que realmente da fuerza con el paso del tiempo no se maquilla en ningún espejo.

Familias

Es muy sano que en las familias convivan distintas sensibilidades políticas, porque por muy convencido que uno esté de sus creencias, es más fácil escuchar los argumentos del que piensa diferente cuando es un hermano, un padre o un hijo.

Cuando es así es más complicado lanzar insultos al otro.

En estos tiempos de barricadas falta mucho la charla sana para entender las razones en el otro. 

Si a ese otro lo quieres, los decibelios bajan.

jueves, octubre 23, 2025

Timbrazo

Concentradísimo en mi trabajo, sonó el timbre del portal. No una, ni dos, sino cinco veces y durante largo tiempo.

Llegué al telefonillo con toda la rabia que surge cuando ataca la mala educación. Y con la frase de cabreo bien preparada.

—¿Quién es? —pregunté.

Entonces escuché la voz de una anciana, medio asfixiada, preguntando por un tal Antonio.

La ira se me fue a los pies.

—En mi piso no vive, señora, pero le abro.

Nunca podemos asegurar con quién vamos a tropezar.

miércoles, octubre 22, 2025

Speech

Uno de mi equipo tenía que presentar un trabajo a un jefazo.

Me pidió revisar el dosier con él antes del día D, así que me planté en su despacho.

Abrió su powerpoint y comenzó a explicarme el detalle, pero lo interrumpí.

—Piensa que soy él y mírame a los ojos.

Descolocado, volvió a empezar. De nuevo lo interrumpí.

—Olvídate del ordenador, cuéntame en dos frases qué quieres contarle.

Incómodo, empezó a hablar.

—No digas —le dije— lo que vas a intentar hacer. ¡Vas a hacerlo, sin dudas!

Recomenzó de nuevo.

—Habla bien de todos los que nombras. Dile que va a ser un éxito tu proyecto. Aclárale que todos han dado su acuerdo a este dosier. Evítale las preguntas grandes.

Me volvió a repetir la entradilla.

—Ahora sí, ahora ya me puedes enseñar lo que has preparado.

Pablo

Hace unas semanas fui a una boda. 

De las que más me gustan, de esas donde no hay compromiso, sino muchas ganas de ir.

Allí me encontré con un antiguo compañero de trabajo al que aprecio muchísimo. Nos pusimos al día, nos presentamos a nuestros amigos, echamos un buen rato.

Al día siguiente, me envió un mensaje que justificaba la boda en sí:

'¡Qué bien lo pasamos ayer, Salva, a ver si nos vemos más!, me encantan los momentos contigo, me divierten pero a la vez me dan paz...'

Hay instantes en que a uno se le derrite el corazón.

martes, octubre 21, 2025

Vacío

A Fran le encantan los inventos y el último que ha descubierto es una máquina para envasar al vacío.

Así que coge toda la comida que sobra tras preparar una cena y la mete en esos plásticos para extraerles el aire. Embutidos, quesos, carnes... todo está amenazado de pasar por la maquinita.

No hay más que verlo para entender la palabra disfrute.

Lo malo, o lo bueno, es que cuando ataca el hambre a media mañana y abro la nevera para pecar me encuentro todas las tentaciones tan bien ordenadas y encerradas en su burbuja que cierro el frigorífico y me tomo un vaso de agua.

Cualquier día me envasa al vacío a mí. 

Dice que así duraré eterno.

sábado, octubre 18, 2025

Libertad

A veces me planteo qué grado de libertad tiene una persona para no estar todo el día malhumorado.

Cuánto de su malhumor no ha nacido con él.

Ocurre, al revés, cuando alguien alaba determinada cualidad en mí, ¿hasta qué punto tengo mérito yo y no me venía dado?

Mi esperanza es que haya mucho de nosotros en ser quienes somos, aunque tengo medianamente claro que no todos nacemos con las mismas herramientas para construir un proyecto de vida sano.

Es fácil decir que alguien es un amargado, sin molestarnos en averiguar qué hay de irreversible en su amargura.

Culito

Ya de pequeño mis hermanas se reían de mí porque me dejaba la yema del huevo para el final. Cuando todos habían terminado de comer, yo empezaba a mojar mi trocito de pan.

A día de hoy veo las mismas caras, más disimuladas, en mis amigos a la hora de llegar al postre. Sé retener mi copa de vino y reservar el último sorbo para disfrutar de la tarta de queso o el tiramisú, en esos momentos finales del convite en el que ya nadie se atreve a proponer otra botella.

Miran de reojo mi copa y se dicen 'qué coraje'.

Soy especialista en estirar el placer hasta el final.

Vivienda

Entre la gente que conozco con dinero el denominador común es su inversión en vivienda.

Acumular pisos para vivir con tranquilidad.

Esa espiral lleva a que, al ser una opción apetitosa para ganar capital, el precio de los alojamientos suba, con lo cual más atractivo se hace meter los ahorros ahí.

Nadie es un villano por hacerse con más propiedades, villano es el sistema que lo hace apetitoso.

¡Hay que romper esa dinámica!

Porque el que realmente necesita un sitio para vivir se encuentra en un mercado hiperventilado por la ambición de gente que no los necesita.

Nosotros tenemos un piso en Sevilla y un apartamento en Conil. Estaría más que de acuerdo en que me subieran los impuestos por la segunda vivienda. Y que me frieran a impuestos si me comprara una tercera. Y me metieran más caña por una posible cuarta. ¡No digo ya a partir de diez, de veinte o de cien!

Me parece lógico que quien tenga dinero lo quiera mover para que no se lo coma la inflación, pero que lo hagan con un elemento de primera necesidad es condenar a muchos compatriotas a vivir en la miseria.

¡Compren oro!

miércoles, octubre 15, 2025

Narcolanchas

El gran payaso-emperador que cree gobernar el mundo ha decidido hacer juicios sumarísimos tomando una Coca-Cola en sus campos de golf de Florida.

Ni siquiera eso: ha dado libertad a los suyos para asesinar sin mayor prueba que su palabra lo que es igual a menos cero a presuntos delincuentes en supuestas narcolanchas que no tienen derecho a defenderse.

¿Hacia eso vamos? ¿Quieren naturalizar el crimen de estado? ¿Anestesiarnos ante las barbaridades cometidas por el abuso de poder?

Si se equivocan, serán daños colaterales. Si aciertan, se habrán desecho de personas que tienen derecho, qué menos, a una defensa.

Estamos en los tiempos de los matones y mejor no destacar: te aporrean.

María Dolores Pradera

De adolescente me refugié mucho en la música. 

Conseguí que mis padres me regalaran un tocadiscos casi de juguete y empecé a coleccionar vinilos de Mecano, Tracy Chapman o Everything But The Girl.

Al ser un chaval muy metido para dentro, pasaba muchas noches de sábado con mis padres viendo esos programas musicales donde siempre, antes o después, aparecía María Dolores Pradera.

—Otra vez la pesada esta —protestaba yo, ansioso por escuchar a mis grupos preferidos.

El otro día, conduciendo de vuelta desde Conil, la pusieron en la radio. Una canción preciosa, y de golpe, con cuarenta años de retraso, sentí remordimiento por mis comentarios de entonces.

¡Me puse hasta colorado!

Felicia

—Eres la primera persona que se dirige a mí con buen humor en todo lo que va de mañana —me dijo Felicia, una compañera rumana, cuando empezamos nuestra videoconferencia.

De inmediato miré la hora en el ordenador, las 12:15 del mediodía. Comenzando la jornada a las 7:00 y siendo una hora menos en su país, esa mujer llevaba soportando malos humos durante más de seis horas.

Las empresas no son conscientes de lo productivo que uno se vuelve cuando el personal trabaja con espíritu colaborativo hacia los demás. Se concentran en resultados que se miden en euros, cuando el rendimiento habría que medirlo por el sentimiento de bienestar laboral, fácil de medir a partir de encuestas.

Una compañía que tenga bien estructurada su línea de negocio debe preocuparse ante todo por asegurar un entorno de respeto y colaboración, clave primera y última para conseguir grandes metas.

Los caracuernos son el veneno de cualquier organización.


martes, octubre 14, 2025

Molestar

—A mí no me molestas nunca.

Es un recurso al que suelo acudir cuando alguien me interrumpe en el trabajo. Una manera elegante de evitar las disculpas e ir al grano de lo que se me quiera consultar.

A la gente que no me conoce suele descolocarle, pero está dicho con espíritu sincero, cuando llegan a mí con la manida frase de 'perdona que te moleste, Salva'.

Cuando uno trabaja en equipo debe comprender que la solidaridad es una de las bases de una empresa, sea del tamaño que sea.

Lo preocupante es cuando el aguafiestas que me tiene hasta el gorro viene de nuevo a mí.

—Salva, disculpa si te incordio una vez más.

—¿Qué (diantres) quieres?

lunes, octubre 13, 2025

Prensa

Habituado a leer el ABC de Sevilla desde pequeño, porque no había otro periódico en casa, cuando llegó a las cabeceras el Diario de Sevilla pensé que aumentaría el espectro ideológico en la prensa de mi ciudad. Nada que ver con la realidad.

La prensa local de nuestras ciudades está en manos de empresas que, en su inmensa mayoría, defienden una línea editorial propia de la patronal, e inundada de localismos que adormecen el espíritu crítico de sus lectores.

En la de mi ciudad te atiborran de imágenes de cofradías todo el año y dan más importancia al nombramiento del hermano mayor de una hermandad que a un sevillano que haya registrado una patente en la universidad de Harvard.

¡Y hay tantos paisanos brillantísimos en el terreno de la ciencia, de la investigación, del emprendimiento, de las artes!

No. Prefieren hablar de Jose Manuel Soto.

Religión, toros y fútbol, con unas columnas de opinión en las que transmiten que las ideas progresistas van contra la esencia de una ciudad que no necesita vigilantes de lo que es o no auténtico.

Somos legión los sevillanos que aborrecemos tanto falso purismo. Nuestra ciudad es más grande que todo eso y se hace más válida cuanto más diversa. La machadiana, la de Cernuda, la de Aleixandre, la de Velázquez, la de Chaves Nogales, la de Mañara, la de Blanco White, la de Fernán Caballero, la de Alberto Lista, la de Bécquer. 

Nuestra época más brillante coincide con el período en que fuimos el puerto de conexión entre Europa y América, felizmente invadidos por gentes de otros mundos. ¡Que se abran las puertas!

Nos salva cierta prensa nacional que sí se atreve a tratarnos como adultos, donde la religión, el fútbol o los toros tienen el espacio limitado que le corresponde a una sociedad culta como la española.

Confianza

La confianza, que se pierde en un abrir y cerrar de ojos, es laboriosa de recuperar.

Lo que ha ocurrido con las mamografías en la sanidad andaluza ha roto muchas certidumbres y algo más profundo: la tranquilidad de creer que el sistema velaba por nosotros. 

¿Nadie en toda la estructura jerárquica se planteó que no se estaba informando a las mujeres con pronósticos dudosos?

Ya todos dudaremos de nuestros cribados, de futuros diagnósticos, de plazos que sospecharemos que no son los que merecemos.

Soy un convencido defensor de la sanidad pública, pero en las dos situaciones graves a las que me he enfrentado en los últimos años he tenido que tirar de familiares y amigos para poder acelerar intervenciones en las que se me iba la vida. No quiero pensar qué habría pasado de haber tenido que esperar a que me llamasen.

Hace año y medio que espero que me citen para un TAC.

De nuestros dirigentes esperamos, al menos, que respeten nuestra dignidad.

viernes, octubre 10, 2025

Pulgar

Recuerdo el pulgar de mi madre. Muy pequeño.

En una mujer esbelta como era ella, sorprendía esa peculiaridad que mi hermana Mónica heredó . Cuando, sin querer, observo a mi hermana comer y se me van los ojos a sus manos, vuelve como una explosión el recuerdo de mi madre.

Si su dedo sobrevivió en su hija, cuánto más y más profundo no habrá de ella en nosotros.

jueves, octubre 09, 2025

Claret

Sé que muchos de mis amiguillos de entonces estuvieron allí en su salsa, pero a mí no me vino nada bien estudiar en el Claret, un colegio de curas de mucho renombre en Sevilla.

No tanto por la calidad de la enseñanza, sino porque a mí me hubiera venido mucho mejor un ambiente más acorde con el espíritu de apertura de la transición y no un centro tan poco dado a abrir la mente con ideas venidas de fuera. Recuerdo a mis compañeros celebrar el golpe de Tejero y abominar de la llegada al poder de la izquierda. Pero no solo eso, era un ambiente hostil para un chaval que comenzaba a entender su homosexualidad, que sufría la enfermedad grave de una madre, que dudaba de su fe. 

Cuando anuncié que no haría la confirmación me apartaron como a un apestado. En los tiempos reservados a prepararla, horas lectivas, me expulsaban al patio, pese a ser uno de los alumnos más brillantes de mi curso.

Fran me lo dice, entre bromas, a menudo. 

¡Qué daño me ha hecho el Claret! 

Sí. Daño a él. Porque cuando pude abrir las alas me las tuvieron atadas con cordeles, en esa época adolescente que nunca volverá. De ahí que arrastre desde entonces pudores, miedos y conflictos que debí airear en su momento.

La otra noche, tras un comentario mío en el que me afloraban esas taras emocionales, Fran soltó.

Si es que somos del Claret.

Yo le miré raro.

Del Claret soy yo reivindiqué.

Él, conmigo ya 22 años, me miró con guasa:

No, Borete. Ya somos los dos del Claret.

martes, octubre 07, 2025

Snoopy

Hay una viñeta de Snoopy a la que recurro con frecuencia.

En ella Charlie le comenta, atormentado, que todos nos tenemos que morir algún día, a lo que el perrillo responde que sí, pero que el resto de días no.

Yo me lo aplico de tanto en tanto, cuando intuyo que lo negro intenta apoderarse de mí.

No nos morimos a diario.

Pomodoro

No hice sino hablarle del 'pomodoro' a Fran para tenerlo pocos días después encima de mi mesa.

Dicen que fue el invento de un estudiante italiano que no conseguía concentrarse para estudiar. El chaval tomó un reloj con forma de tomate que su madre usaba para la cocina y con él se impuso tiempos para no despegar la cabeza de los apuntes.

Desde que me lo regaló, he tardado en hacerme a él, pero ahora me resulta imprescindible. 

Ya se puede caer el cielo sobre la tierra, que cuando he marcado 30 minutos de concentración para contestar emails del trabajo, escribir mi próxima novela —o componer estos pequeños textos sin trascendencia— no hay quien me saque de mi mundo.

Estos tiempos nos bombardean con demasiados estímulos, que nos hacen estar en mil sitios menos donde estamos.

Documentales

Me encantaría producir documentales.

¡Se me ocurren tantos temas! ¡Tantos personajes! ¡Tantas historias por ordenar!

Vivimos en un mundo acelerado, vivo en un mundo interior acelerado al que quiero poner freno. Tener tiempo para colocarme delante de un corcho y elegir un mapa, una documentación, gente a la que entrevistar, música de fondo, un guion estructurado para contarte a ti acerca de este mundo tremebundo y maravilloso en el que nos plantaron.

¿Llegará el día en el que pueda hacerlo?

sábado, octubre 04, 2025

Gavalda

Yo iba a la Contrescarpe los domingos al mediodía.

Una placita en pleno barrio latino de París, muy cerca de mi casa.

Iba los domingos con los ejemplares de las novelas de Anna Gavalda, porque en una entrevista leí que la autora francesa solía ir allí ese día de la semana a tomarse el vermú.

A pocos días de llegar a vivir a Francia le pedí a una chica, en una fiesta, que me escribiera en una servilleta lo imprescindible de literatura y música que no podía dejar escapar.

La primera de la lista era la Gavalda, ante cuyos libros caí rendido.

Nunca apareció por allí, pero... Yo sí sé que lo intenté.

Telediario

Los días de trabajo en que como en casa me puedo permitir una pequeña siestecita, con despertador, mientras suena el telediario. De tal forma que mis sueños, tan reales, se contaminan de la actualidad informativa, y así aparezco agotado cuando suena la alarma.

He aprovechado ese tiempo de descanso para excavar túneles enormes para reconducir las aguas torrenciales y evitar que otra DANA se lleve por delante a los pueblos valencianos, me he dedicado a destruir drones rusos con un tirachinas mastodóntico o he viajado a Gaza para preparar grandes potajes a chavales desesperados.

El sonido del teléfono me recuerda, sin piedad, que no he hecho nada más que dormir.

Fidelizar

Salvo excepciones, no hay personal más antipático que el del bar de un aeropuerto.

No hace falta razonar mucho para entender por qué: allí no hay que fidelizar al cliente.

Es así de triste, a veces, el ser humano. Cómo no tengo nada que ganar contigo, porque no voy a volver a verte, me da igual servirte el café frío y con cara de cuerno.

Me gustaría pensar que no tengo razón, que no nos movemos siempre por el interés, que somos capaces de sonreír sin esperar nada a cambio, que es posible ayudar por el simple placer de hacerlo.

Pero llego al aeropuerto, me pido un café y me reafirmo en que somos egoístas.

Marruecos

Esta semana he trabajado en un Marruecos que hierve por la movilización juvenil contra un estado que sienten lejano.

Sé de primera mano lo que gana un joven en la industria, en torno a los 300 euros al mes. Sé, porque acabo de llegar de allí, que los precios no tienen piedad con esos sueldos.

Sin embargo, es un país que crece y puedo decir, porque también me consta, que los cuadros directivos marroquíes de empresas como la mía cobran 4000 euros mensuales.

¿Cómo es posible tanta desigualdad?

Soy un enamorado de esa tierra, un lugar que tiene todo lo necesario para progresar: recursos naturales, mucha gente joven, infraestructuras en crecimiento, un clima maravilloso y una ciudadanía acogedora.

Lo dicen en las manifestaciones juveniles: '¡No queremos estudiar para emigrar!'.

Ojalá la comunidad internacional los ayude a liberarse de ese régimen feudal que les obliga a mirar el horizonte desde la orilla.

viernes, octubre 03, 2025

Flotilla

No sería yo si no escribiera lo que pienso y lo que pienso es que la indignación me corre por las venas cuando escucho a políticos mofarse de voluntarios que se embarcan, desarmados, en veleros llenos de alimentos y medicinas para tratar de llegar a las costas de una tierra asolada por la masacre y la hambruna.

¿Qué catadura moral se puede tener para mofarse de gente así?

Sí, esos voluntarios eran conscientes de que Israel no les dejaría completar su misión, pero en los tiempos que corren que una parte de la sociedad civil se movilice para poner encima de la mesa un problema de primer orden para la humanidad merecería todos los aplausos, desde cualquier ámbito político.

El infierno en la tierra lo tenemos al otro lado del Mediterráneo.

Y hay quien se burla de los que se complican la vida por ayudar.

lunes, septiembre 29, 2025

Abuela

A mí la gente que habla mucho me pone un poco nervioso.

Mi abuela hablaba mogollón, pero la quería tanto (y le tenía tanto respeto) que no podía decirle que se callase, cuando éramos pequeñitos, porque no podíamos ver los dibujos animados con tranquilidad.

Entonces, sin saberlo, sacaba mi crueldad infantil como táctica. Cuando mi madre intervenía, poco, para preguntarle algo a la abuela, aprovechaba para montar un drama.

—¡Mamá, así no nos enteramos de nada!

Zapatero

El otro día me contaron que Daniel Day-Lewis, el gran intérprete de 'Mi pie izquierdo', 'Lincoln' o 'En el nombre del padre', llegó a retirarse del cine para refugiarse en Florencia, donde se formó en el arte de confeccionar calzado. Lo hizo desde la base, durante mucho tiempo, hasta volver tiempo después para protagonizar 'Gangs of New York'.

Que me relataran eso me hizo interesarme por su vida actual y resulta que su última película la protagonizó en 2017 antes de su definitiva retirada.

No sé por qué a mí esas historias me conmueven tanto.

—¿En qué piensas, Salva? —me preguntó quien me hablaba de Daniel Day-Lewis.

—Que quiero ser zapatero en Florencia.

viernes, septiembre 26, 2025

Prisas

Iba con mucha prisa en coche para llegar a tiempo a una reunión cuando, a cien metros de llegar, el de delante puso los intermitentes.

Me prohibí tocar el claxon.

La puerta del copiloto tardó en abrirse y de allí salió una mujer en la cincuentena, con una delgadez extrema, que no tenía apenas fuerza para cerrar el coche. Había un inmenso dolor en su rostro. Aún así, al pasar por delante de mí, tuvo la gallardía de levantar la mano para pedirme perdón por los treinta segundos que me había hecho perder.

Bofetadas así son necesarias.

Dios

Incluso muchos de los que no somos creyentes dudamos si no existe algo o alguien que sepa qué va a ser de mí, qué habrá detrás de esa esquina que voy a girar, cuántos niños están jugando ahora mismo con un balón en Sevilla o qué día volverá a nacer el futuro presidente de Camboya.

Ese manto de protección de pensar que alguien lo sabe todo.

Luego, los que no creemos, bajamos al planeta Tierra.

miércoles, septiembre 24, 2025

Etapas

La etapa más compleja de una novela no es el papel en blanco, sino la cuarta página.

Has pasado semanas de pura abstracción en las que lo fundamental era descubrir qué querías contar. Ésa es la gran decisión. El qué.

Voy a dedicar muchísimas horas de mi vida a poner en pie una historia y necesito tener claro que lo que voy a construir merece la pena, que no solo te va a emocionar a ti sino que me va a remover por dentro a mí.

El día en que escribes la primera escena siempre se recuerda. Vas lanzado. Sabes dónde quieres llegar. Te atragantas de tan claro que tienes el futuro inmediato de tu criatura.

Pero llega la cuarta página.

Repetir

Milan Kundera decía que la felicidad es el deseo de repetir.

Volver a aquel instante en que todo se juntó para subir al cielo de lo que, ya en ese momento, sabías que conservarías para siempre.

Lo descorazonador es que no se pueden construir de nuevo, por mucho que regreses a ese lugar, con la misma gente, con idéntica luz de entonces.

Siempre queda el recuerdo, no está prohibido volver a él, porque ahí sí encuentras esa chispa y la endulzas aún más con aquello que te dé la gana, que para eso el recuerdo es tuyo. 


Palomas

Los días en que teletrabajo solo me acompañan las palomas del otro lado de mi ventana.

Cada poco, se asoman, me miran y se van.

Yo hago lo mismo. 

No sé hasta qué punto nos envidiamos.

Tiempo

Dicen que las nuevas generaciones no quieren trabajar... tanto.

Tal vez porque han visto que en sus casas no podían disfrutar de sus padres hasta ya entrada la noche y no quieren repetir la historia.

Lo fácil es llamarlos perezosos, lo oportuno es tratar de entender por qué hemos creado una sociedad en la que la ansiedad por el escaso tiempo libre ha achicharrado a muchas personas que no tenemos la jubilación muy lejos.

Soy una persona profundamente feliz, siendo consciente que mi felicidad trae detrás un ímprobo trabajo de aceptación, de resiliencia, de autogestión. 

Sé, también, que la vida no merece estos atracones de ansiedad a los que nos vemos sometidos. 

No todo el mundo es fuerte.

sábado, septiembre 20, 2025

Erdogan

En Turquía es suficiente compartir un café para que te declaren su posicionamiento político.

—La situación está muy mal —coinciden todos.

Es cierto que el ambiente laboral en el que yo me muevo es más dado a los enemigos de Erdoğan, el actual presidente ultranacionalista e islamista.

Sí. Enemigos. Hemos llegado a un punto en la política mundial en que no se duda en usar palabras gruesas para calificar al contrario.

A mí me gustaría poder opinar con libertad sin que me tengan que meter en ningún rebaño.

Muleta

Llegué al hotel de Bursa con el coche de alquiler y en la misma puerta me indicaron que el aparcamiento era gratuito.

—En la planta menos dos, señor.

Al bajar la rampa un hombre uniformado me miró, tomó una muleta, rodeó el coche y la barrera se abrió. No me pareció verlo cojear.

No le di más importancia hasta que al día siguiente, al volver de trabajar, otro uniformado diferente se acercó, cogió otra muleta, y rodeó el coche.

Al abrirse la barrera pensé, ¿qué me estoy perdiendo?

En cuanto llegué a Sevilla, Fran me lo explicó.

—Será un artilugio con un espejo en el extremo para mirar los bajos del coche.

Y se queda tan pancho. ¿Tendría un espejito esa muleta?

Platito

Cenaba, a solas, en mi restaurante favorito de Estambul, con la libertad de no tener distracciones. Dejé el móvil a un lado y me propuse disfrutar. 

En la mesa de al lado un grupo de chinos, que de tan educados los confundí con japoneses, se maravillaban con cada plato que les ponían por delante. 

Ya al pedir la cuenta, con apuro, el único hombre del grupo suplicó por que le dejasen llevar el platillo metálico de colores donde les habían traído la cuenta.

La camarera le ofreció una servilleta para esconderlo y le hizo gestos para que no se chivara.

Entonces una de las chinas, riéndose con la escena, vio que yo los miraba y abrió los ojos bien grandes en forma de amenaza amistosa.

Yo levanté las manos en señal de paz. 

Aguacate

La otra noche me recogió un taxista de Almodóvar por las calles de Estambul.

Me había pegado una caminata tan larga para visitar la sublime mezquita de Süleymaniye, que no me quedaban fuerzas para volver al hotel.

—¿Quieres wifi? —me preguntó nada más montarme, lo que acepté. 

Luego me ofreció un cigarro.

—Gracias, no fumo.

—Un hombre saludable —me dijo—. Entonces te apetecerá un aguacate. —Se paró junto a un puesto ambulante y se compró uno— ¿Te corto un trozo?

Al ser un precio cerrado, no me inquietaba que se parase.

—¿Te apetece un café? ¿Un té?

Yo miraba por ver si tenía una cocinilla por ahí instalada.

—Ahí tienes revistas de Estambul —me señaló.

—Gracias. 

En cuanto me dejó en el hotel investigué en la aplicación cómo podía dejarle una propina.

martes, septiembre 16, 2025

Machismo

La gran victoria de Vox es haber colocado al feminismo como la otra cara de la moneda del machismo, cuando son dos términos que representan valores antagónicos.

Mientras el primero es liberación tras milenios de postergación de la mujer en sociedades, todas, que pensaban en masculino, el machismo es una lacra que reivindica el supremacismo del hombre.

El feminismo representa la igualdad y a él tendríamos que adherirnos hombres y mujeres con la misma convicción. Se trata de algo tan fácil como facilitar que, en un futuro no muy lejano, la mujer no tenga salarios menores, ni se vea obligada a ejercer de única cuidadora, que no recaiga sobre ella el  esfuerzo de trabajar a todas las horas del día 

No es un movimiento contra el hombre, sino a favor de la humanidad.

Incluso personas sensatas se ven influenciadas por ese discurso maniqueo que llama a la guerra donde solo se busca la convivencia en libertad.

No nos avergoncemos nunca de reivindicar nuestro feminismo, especialmente los hombres. Nos va el futuro en ello.

Mentira

Los que somos de ciudad nacemos con una desventaja: vivimos en un escenario inventado por el ser humano, en un paisaje que es mentira. Todo lo que nos rodea está hecho para nosotros y el contacto real con la Naturaleza se limita al árbol de la esquina o ver una nube pasar.

Cuando este verano contemplaba las pavorosas imágenes de los incendios y escuchaba a los aldeanos lamentar su suerte, comprendía cómo ellos sí son tierra, agua, sí son viento, sí son esos árboles quemados. Sus arrugas lo dicen: llevan en sus miradas el peso del mundo real. 

Sin decorados que lo oculten.

Infanta

Entiendo que se puedan utilizar argumentos como la seguridad de la Infanta para justificar el pago de 18000 euros anuales a una universidad privada para que estudie Ciencias Políticas en el extranjero los próximos tres años, pero de nuevo pierde una oportunidad la Corona para acercarse al pueblo a quien dice representar. 

¿No sería precioso que esa adolescente estudiara en la universidad de Alicante o en la de Las Palmas? ¿No se lanzaría un mensaje de apuesta fuerte por la educación pública? ¿Qué círculo de amistades va a cultivar esa mujer si se le obliga a codearse con jóvenes de familias más que pudientes? ¿Qué contacto con la realidad de la juventud actual va a tener quien es educada en una torre de marfil?

Luego nos salen Froilanes y Victorias Federicas que nos dan vergüenza ajena.

Cada oportunidad que se les presenta optan por el camino equivocado. 

¡Sería tan fácil hacer las cosas con sentido común!

No. No me representan. 

viernes, septiembre 12, 2025

SAE

Charlábamos en una de nuestras habituales tertulias y, mientras pedía mi bebida, escuchaba a uno de mis amigos comentando algo que no entendía, referido a si estaba en el SAE o no estaba en el SAE.

Traté de enlazar con lo que decían para descubrir por mí mismo de qué hablaban, pero cambiaron de conversación.

¿Qué diantres es el SAE?

Me miraron con cara de guasa.

Salva, ¡qué suerte que no lo sepas! 

Es el Servicio Andaluz de Empleo. El INEM de toda la vida.

jueves, septiembre 11, 2025

Música

Qué fuera de lugar estaba mi profesora de música.

Yo tendría ocho o diez años, no tengo idea de qué edad se tenía cuando a uno le hacían tocar la flauta en clase, pero sé que era la EGB porque recuerdo mis ensayos en la puerta enladrillada de entrada al colegio.

Ella era alta, delgada, ¡moderna!, en un ambiente rancio como era el de la institución religiosa donde yo estudiaba. No sé definir cómo vestía, ni qué cosas decía, ni cómo nos hablaba, solo sé que era una mujer rompedora, interesante, ¡viva!

Hasta que llegué a la universidad nunca había sacado un suspenso, yo era el niño empollón, ejemplar, sabelotodo. Salvo con ella, que me suspendió un trimestre de música.

¡Para!, ¡para! me gritó, cuando empecé a desafinar con la flauta.

La admiración, entendí, no siempre es de ida y vuelta.

Sutil

Pasábamos un fin de semana con un amigo con el que andábamos reconciliándonos. 

Una ruptura reciente con su pareja nos había afectado mucho, por cómo se había producido, por los daños colaterales que había provocado, por las formas, por tanto cariño acumulado hacia los dos.

El caso es que él nos contó, ya con la calma que los meses sin vernos habían traído, cómo fue la cosa.

El día que ocurrió todo, Salva, yo estaba realmente tranquilo en casa, de verdad que no tenía ganas de bronca. Llevaba toda la mañana leyendo...

¿Qué leías? me interesé, para quitar drama al asunto.

'El sutil arte de que todo te importe una mierda'.

Correos

Estaba trabajando en Valladolid y no paraba de sonarme el teléfono. Tan insistente, el mismo número desconocido, que llegué a preocuparme. Así que me salí de la sala donde estaba reunido y llamé.

¿Es usted Salvador Navarro?

Días antes mi banco me había avisado de que habían 'hackeado' mi tarjeta y pedí una nueva. Pensé que sería eso.

Tengo una carta certificada para usted.

Le pregunté cómo podía hacer para recibirla. Con tono desagradable me respondió que ya había ido dos veces a mi domicilio y que nunca estaba allí.

—Perdone, caballero, a esas horas no estoy en mi casa porque tengo la mala costumbre de trabajar.

Gesto

A mí antes un mal gesto me arruinaba el día.

Era suficiente una respuesta desagradable en la barra de un bar para tener el ánimo dislocado. Se me descomponían los planes inmediatos.

No era cuestión de que yo me amilanara, soy de enfrentar los malos modos sin titubeos, pero me producía un desasosiego descontrolado encontrarme con situaciones así.

Madurar también es aprender a no dejarse ensuciar por lo soez.

martes, septiembre 09, 2025

Estúpido

Cuando a alguien todo el mundo le parece estúpido hay muchas probabilidades de que el estúpido sea él. O ella.

La higiene mental también tiene mucho de trabajar los desafectos, de no convertir cada tropiezo en una batalla perdida, en esas estrategias susceptibles en las que se ven monstruos por todos lados.

Hay que trabajar, también, la disculpa. Que haya mucha gente que no vale un pimiento no implica que haya una conjura del ser humano contra nosotros.

Es muy sano saber distinguir el error de la maldad.

Amiens

Amiens era mi ciudad refugio.

A mitad de camino entre las fábricas de Renault del norte de Francia y el París donde yo vivía, echarme a un lado unos 30 kilómetros a la vuelta del trabajo era un escape necesario: me quitaba la presión del día laboral y evitaba las horas de más atasco de entrada a la capital.

Mis jefes me decían que el turismo había que dejarlo para el fin de semana y yo les sonreía.

No quería darles envidia con lo maravilloso que era pasear junto a esa inmensa catedral al caer la tarde y tomar un café, con mucha espuma, en un rincón casi vacío donde sacaba alguna novela de Amélie Nothomb y sentía a la vida mecerme, cómplice, en sus brazos.

Para sentir, ufano, que el tiempo me pertenecía.

sábado, septiembre 06, 2025

Gustar

A mí no me da igual lo que piensen de mí.

Caer bien a la gente pide un poco de entrega, pero a mí me compensa.

Lo sencillo sería pasar de todo y presumir de ello, pero en mi caso no funciona: no vivo en una esfera individual, comparto escenario con muchas personas que me importan.

Me gusta ser amable, escuchar, tener la sonrisa dispuesta, preocuparme por el otro, no molestar, echar una mano cuando puedo. Esa actitud hace que quienes me rodean me aprecien. Y a mí me gusta que me quieran. Me hace las cosas más fáciles, me siento más fuerte cuando me siento querido. Podría incluso decir que quien más gana soy yo, que esa forma de estar en el mundo es, hasta cierto punto, egoísta.

A quienes identifico como venenosos, en cambio, les ofrezco, con educación, mi actitud más seca.

El otro día alguien me agradeció que lo escuchara con calma. Fue un detalle pequeño, pero me recordó por qué no me duele reconocerlo: sí, me gusta que me quieran.

Para recibir afecto, hay que saber darlo.

jueves, septiembre 04, 2025

John

Del millón de cosas que me enamoran de Fran, una de las fundamentales es su carácter.

Es un hombre con carácter.

A veces, cuando su personalidad arrolladora llega a su punto máximo, me recuerda a John Wayne. Dice las cosas con tanta seguridad, tiene tal aplomo que no puedo sino reírme con él cuando su determinación lo desborda.

—Vale, vale... no te vengas arriba, Johncito.

Es llamarle así y se pincha el globo.

Risas

Las risas tontas son las que más se echan de menos cuando te vas haciendo mayor. Esas de dolerte la barriga por tonterías, la de salirte lágrimas y olvidar todo el peso de la vida.

Lo que pasa es que esas risas no se pueden inventar ni hay atajos para llegar a ellas. Vienen de momentos tontos en los que vuelve, de sopetón, el niño que nunca quisiste dejar de ser.

Estábamos cenando en un local con mucho ruido y la gente se giró. Yo no sabía quién era el que entraba, así que pregunté:

Es un cantante muy famoso de Gijón me dijo una chica.

Yo lo aclaré rápidamente a mis amigos, pero la chica me escuchó y vino a corregirme.

—¡De Gijón, no! Entonces contorsionó, imitando a un rapero ¡De hip-hop!

miércoles, septiembre 03, 2025

Ahogarse

Que de jovencito estuviera a punto de ahogarme junto al Faro de Trafalgar hace que, a día de hoy, le tenga un miedo atroz al agua. 

Ese día de verano de un sol abrasador nada hacía pensar que el agua me arrastrase como lo hizo hacia una zona de olas de la que no podía escapar.

Llegado al punto en que perdí el control de la respiración por el pánico, me hablé a mí mismo, con cariño:

—Borete, respira... Borete, tranquilo.

Sabía que si no hacía nada no podría salir de allí, así que me lancé hacia la ola más tremenda para que me sacara a revolcones de allí.

Da igual que el mar esté como un plato y que yo te sonría. Te estaré engañando, porque meterme en el mar desata todo mi terror de juventud.

martes, septiembre 02, 2025

Lector

Al que no es lector habitual lo único que le interesa de una novela es el desenlace. Los que somos adictos a la lectura sabemos que eso es lo de menos.

Es como quien va a un restaurante tan solo por rellenar el estómago, y le da igual el trato que le den, la presentación de los platos, la decoración del local, la carta de vinos o la sonoridad del sitio.

El sentido de la literatura es hacerte crecer como persona, abrirte espacios nuevos, llevarte a pensar en grande, viajar sin salir de casa.

Yo recuerdo novelas inolvidables y, sin embargo, no pongo en pie cómo acabaron.

Todos

El término 'todos' utilizado como argumento me produce urticaria.

"Todos los españoles de bien", que decía Rajoy. 

¿Quién puede arrogarse el atrevimiento de interpretar lo que quiere todo un pueblo?

Se usa tanto a la derecha como a la izquierda, ese argumentario pobre de querer englobar a una sociedad en un pensamiento único. Si hablamos en España, por ejemplo, no se me ocurre una sola cualidad, pensamiento o aseveración que pueda incluirnos a todos.

Afortunadamente.

Es mucho más sano decir 'hay gente que piensa así' y dejar de ser el ventrílocuo de un pueblo entero.

domingo, agosto 31, 2025

Mendonça

Tomé un taxi para pocos kilómetros en el Algarve y, en cuanto me senté, me enamoró la música que sonaba.

Tenía la oportunidad de preguntar si era una cantante brasileña o quedarme callado.

De haber estado en silencio, el tipo, un emigrante de Sao Paulo, no me habría contado que quien cantaba había tenido una vida dramática que trasvasaba a sus canciones.

—Hazle una foto a la pantalla del coche —insistió.

De no haberme interesado no habría escuchado la historia de Marilia Mendonça, ni la de Cassia Eller, otra cantante desgarradora. 

Si no hubiese preguntado no habría visto la emoción nostálgica en sus ojos a través del retrovisor.

Molestar

A Fran le molesta dormir con la puerta corredera del armario de la habitación abierta.

—Porfa, ciérrala.

Basta con que haya una mínima abertura, él la quiere cerrada.

Las noches en que duermo solo, al acostarme, miro el armario. Si no está perfectamente cerrado, me levanto a deslizar la puerta.

Si le molesta a él, me molesta a mí.


sábado, agosto 30, 2025

Mujeres

Dicen varios estudios científicos que es más difícil detectar los síntomas de insuficiencia cardíaca en una mujer que en un hombre. La razón es clara: siempre se ha estudiado el cuerpo masculino para la investigación.

Siempre el hombre como medida de todas las cosas, la mujer se ha acostumbrado a vivir a un mundo concebido desde la mirada de sesudos señores.

Apartadas durante siglos de los círculos de decisión, de las aulas, de la capacidad de voto, de la independencia necesaria, ahora más que nunca esperamos de ellas, de vosotras, que copáis laboratorios de investigación, universidades y hospitales, un mundo más femenino.

Falta nos hace.

viernes, agosto 29, 2025

Olores

Uno llega a una edad en la que es complejo motivarse con el día a día laboral, que te come una energía que querrías reservar para otras cosas.

En estos años en los que tengo tareas directivas más alejadas de las líneas de producción, voy de un lado a otro, me conecto a una conferencia, envío un informe, mantengo reuniones con mi equipo, atiendo a quien me solicita, realizo análisis sesudos sobre temas complejos, siempre buscando la rendija por la que divertirme.

No entiendo la motivación si no hay diversión por medio.

Ayer atravesé una zona de máquinas de la fábrica de Sevilla donde me hice hombre. Esos años en los que me curtí como ingeniero a base de no salir durante todo el día para garantizar la producción. Me llegó el olor concreto a aceites y taladrinas y me dije «yo aquí he sido feliz».

Prohibiciones

En cuestiones de salud lo ideal es que el médico no te prohíba nada, sino que te lo prohíbas tú.

Lo segundo es una victoria personal, lo primero una claudicación.

De ahí que esté bien escucharse, sin obsesiones, llevarse bien con la coraza que nos da la vida.

Viéndolo con ese cariño es natural que nos mimemos como quien cuida un regalo que, ley de vida, acaba doblándose por allí y resquebrajándose por acá.

Lo que sí es cierto es que nuestro cuerpo, con el tiempo, gana en delicadeza. Y va requiriendo ternura.

martes, agosto 26, 2025

Pérgamo

Ya llegamos a Berlín sabiendo que no podríamos visitar una de sus joyas: el museo de Pérgamo.

En período de rehabilitación, que comenzó en 2023, no está previsto que se reinaugure por completo hasta 2037. Así que mi amiga Mariángeles y yo estuvimos bromeando acerca de cómo estaríamos de salud para volver a Berlín por esa fecha, en el caso de que estuviésemos vivos.

Sorprende que un estado como el alemán, tan eficiente en apariencia, necesite 14 años para renovar un museo tan necesario para comprender el pasado de la humanidad. Priva a una generación de jóvenes la oportunidad de integrarlo en su bagaje cultural. 

Tal vez sea un problema muy europeo, buscar la perfección en lugar del pragmatismo.

Yo hacía la reflexión en voz alta mientras paseábamos por los alrededores.

—Si este museo estuviese en China, te lo tendrían remodelado para el viernes.

lunes, agosto 25, 2025

Coimbra

Llegué a un restaurante de Coimbra gracias al consejo de un amigo.

El hecho de ir solo hace que te fijes más en los detalles y allí era fácil perderse, en un local empapelado, literalmente, con mensajes escritos en servilletas.

A mí lado había una pareja de japoneses. Ella ponía cara de susto con cada plato, él, pletórico, señalaba todos los que veía pasar para decir: "ese también lo quiero probar".

No hay dudas de que ese hombre entendía la vida como lo que es. Hay que probar, hay que intentarlo, hay que lanzarse.

No le auguré mucho futuro juntos a los dos.

viernes, agosto 22, 2025

Playa

Me horrorizan las playas llenas de gente, lo que hace que las visite poco o que, cuando lo hago, me pegue caminatas kilométricas por encontrar un hueco en el que pueda oír el sonido del mar y no se me meta en la cabeza las charlas de las toallas que me rodean.

Menos mal que la gente es perezosa por naturaleza y clava la sombrilla en cuanto ven un hueco.

Yo me he reconciliado con el mar a un par de días de acabar las vacaciones. He conseguido una ruta, que no contaré ni bajo tortura, para encontrarme a cien metros de cualquier ser humano viviente. Es tal el placer entonces, del roce con la arena, del arrullo de las olas, del sol tremendo sobre mi cabeza, que tardo en ser consciente de lo placentero de ese privilegio.

¡Que viva la pereza de los demás!

Objetivo

Uno tiene que ser consciente de lo que quiere ser, aunque nunca lo consiga.

Ocurre al escribir una novela. Uno debe tener claro qué quiere contar, dónde quiere llegar, qué quiere transmitir. Luego los personajes, si están bien perfilados, toman alma y vida propia, te toman de la mano y te llevan por caminos insospechados. Una historia es más grande cuanto más han ganado la partida los protagonistas al autor.

Vivir es igual. Es importante saber qué sí y qué no, para trazar un camino coherente. 

Luego vendrá el azar a destrozarlo todo, pero que nos destroce con la sonrisa de quienes vivían convencidos.

Peros

Un ejercicio exigente a la hora de escribir es evitar los peros.

A la hora de hablar, incluso.

Es una coletilla recurrente y facilona, la de matizar a partir de esa conjunción. Es una forma burda de pinchar el globo: exponer algo y reventarlo con un pero.

Nuestras vidas también las construimos así, poco valientes, siempre amparadas por aquello que justifica el que no hagamos las cosas como querríamos hacerlas.

–Iría contigo con los ojos cerrados...

Siempre hay un pero.