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miércoles, mayo 31, 2023

Vidrio

La vida te sonríe y, de pronto, te ponen un contenedor de vidrio bajo la ventana.

Así funcionan las cosas.

Todas las planificaciones, previsiones y comodidades se te pueden ir por el agujero del lavabo en menos que canta un gallo. Cuando menos se lo espera uno, algo se tuerce y uno empieza a sentirse no tan bien en sus propios huesos.

Es por eso que hay que practicar el espíritu de la resiliencia, aprender un poco cada día a entender que no podemos luchar contra el universo, sino que tenemos que asociarnos a él, ser facilones, no tomarnos demasiado en serio.

Estar siempre dispuesto a perder no es de derrotados, es de gente que festejará, con toda el alma, los triunfos.

lunes, mayo 29, 2023

Confirmación

No quise hacer la confirmación, lo que era pura contradicción, porque estaba en un colegio de curas.

El caso es que yo lo tenía claro. Era un jovencito imberbe y enclenque, pero no creía en Dios. 

Así que cuando llegaba la hora semanal para preparar el evento, a mí y a otro más nos soltaban al patio. Allí nos quedábamos los dos, paseando de un lado a otro, como dos apestados.

Para mí era tan doloroso como heróico, porque ponía por encima de todo mis convicciones. De muy pequeño había sido muy capillita, como se dice en Sevilla. Era un alumno modelo, con buenas notas y buen comportamiento. Los curas estaban encantados conmigo.

Pero yo no creía en esa historia que me contaban. Me daba coraje, porque yo quería ser como los demás. Pero no me entraba en la cabeza. Había demasiado ruido en mi interior, mi madre estaba muy enferma, yo vivía el nacimiento de mi homosexualidad, no me gustaba el ambiente tan conservador del colegio. Todo se juntaba en un cóctel molotov interno.

El día de la confirmación llegó.

Yo no fui y, pese a mis pesadillas, no se acabó el mundo.

viernes, mayo 26, 2023

Camino

No preguntarse por las raíces profundas de las cosas es pasar por el mundo de puntillas.

Incluso cuando sepamos que ni los más grandes sabios han sabido descifrar qué hacemos en este planeta.

A veces es igual la respuesta, es en las preguntas que se nos ocurren dónde podemos encontrarnos, vislumbrar luz, sentirnos calentitos.

Vivir es tan absurdo como excitante, siempre que lo pienses. Si no lo analizas, si te limitas a hacer lo que se supone que uno tiene que hacer, vivir se convierte en un paisaje yermo sin más aliciente que seguir la ruta marcada por los demás. 

A mí me gusta romper el decorado, asomar la cabeza por donde no se debe, buscar la mirada del que se comporta distinto.

No me vale que me digan que ese crío está llorando, yo quiero saber cómo ese crío llegó allí.

En ese universo que se construye a partir de preguntas no cabe el aburrimiento ni los caminos en una sola dirección. 

Dietas

El aspecto de las dietas nutricionales que menos se trabaja es el psicológico.

Poco importa saber de la importancia de los hidratos de carbono, si no tienes bien organizadas las prioridades en tu cabeza.

Es una cuestión de balanza, pero no de kilos, sino de estímulos.

¿Qué nos hace disfrutar más, un dónut de chocolate a la hora de la merienda o sentirnos bien en nuestro propio cuerpo? 

Porque, salvo metabolismos privilegiados, las dos cosas no se pueden tener.

Todo es respetable, porque nada es blanco y negro. Lo que sí es cierto es que una de las claves para mantener un físico sano es la de dar la máxima importancia a esa sensación de sentirse cómodo en el propio cuerpo.

Soy un convencido de que eso se puede trabajar, el coco, ahí está todo, es la máquina de mandos, la que decide esto sí y aquello no. Está en nosotros poner límites, darnos premios, valorar nuestra salud.

Solo por eso es bueno que halaguemos a la gente que se lo curra. A esa persona que sabemos que, pese a un físico desagradecido, curra mucho su disciplina mental para cuidar de su armadura.

Una persona que se cuida suele ser alguien de fiar.

No hay dónut que le gane la batalla a un cuerpo en forma.

jueves, mayo 25, 2023

Mago

Si hay un mago de las humanidades que une civilizaciones, ese es Murakami.

Hay quienes critican su literatura por ser demasiado fácil, por sacarse conejos de la chistera para solucionar planteamientos irresolubles, por repetirse en tramas y personajes. Todos tienen razón, lo que no quita para que sea leído cada día por millones de personas.

Quizás haya que recordar a esos críticos que la lectura de Murakami reconforta, que el lector empatiza con sus personajes, que crea atmósferas muy particulares en las que te metes y no sabes, ni quieres, salir.

Ayer Carmen Estellés me dio una alegría al avanzarme que le concedían el Princesa de Asturias de las Letras.

¡Olé!, grité.

Olé por mezclar en su universo a Oriente y Occidente, con la falta apremiante que nos hace romper fronteras en estos años convulsos en los que todo lo malo viene de fuera. Olé por mostrarnos la grandeza de su país, por tratar con tanta delicadeza el sexo, por hacernos sacar el móvil para investigar grupos de música o recetas de cocina en mitad de una novela, por sentir que no somos tan raros, por sentir que ser tan raro no es malo.

Los premios sirven para eso, para reconocer al creador, para alegrar al seguidor, para decirle a quien no lo conoce, ¿no te apetece viajar con Murakami?

Anímate, empieza por 'La muerte del comendador'.

miércoles, mayo 24, 2023

Vinicius

No es cuestión de Valencia, porque se han difundido vídeos con escenas similares por todo el país, es cuestión de educación.

¿Qué han vivido en sus casas esos que imitan el sonido de un mono cuando ven a un negro?

¡Es tan grave!

No vale con esconder la cabeza, sino mirar de frente y resolver. Al primer grito racista, se para el partido. Al segundo, se cierra el campo.

Los mezquinos solo entienden el castigo para cambiar.

Se refugian en el anonimato, en la masa, para vociferar insultos que no tienen que ver sino con el color de piel de un futbolista.

¡Es tan miserable!

Amar a un país no es ponerse banderitas en la muñeca, amarlo es ser intransigente con quienes fomentan el odio al otro.

Hay una parte muy fea de España en esos desgraciados. No vale mirar para otro lado, queremos medidas drásticas contra todo mensaje que diga, insinúe o deslice que el color de piel es un motivo para discriminar.

No soy un santo para querer ser negro y poder probar en mi cuerpo lo que supone nacer así, pero sí tengo claro en qué tipo de blanco nunca me querría convertir.

Somos muchos más los que os queremos. Iguales, dignos y orgullosos.




Somnífero

Solo hay un somnífero mejor que leer una novela, y es escribirla.

La virtud relajante de la ficción es esa, sacarte de tu realidad para transportarte a otros mundos. Al conceder ese poder al libro que se tiene entre manos, uno está aflojando la mandíbula. El cuerpo pierde la tensión que produce el pensar en los planes del día siguiente o en la bronca del día anterior.

Una buena novela te pedirá que pierdas sueño para saber más, pero en el fondo no es más que un señuelo para que a cada página te sientas más fuera de ti, con lo que dejas a un lado toda preocupación propia para participar en un juego en el que no cuentan los dolores propios.

Cuando, en cambio, es uno el que está construyendo ese universo de ficción, y apaga las luces, se alcanzan estados cercanos a la levitación. Ahí sí que no estás tú, por muy en el centro que estés, por mucho que esos personajes solo existan en tu cabeza. Cuando construyes una novela lo menos importante eres tú.

Así que me escondo por ver qué tal se llevan entre ellos, de modo que cuando la novela va bien avanzada ya los conozco como si fueran mi familia y al calorcito de sus conversaciones, me quedo frito.


martes, mayo 23, 2023

Mero empanado

Yo le insisto a Fran en que disfrute de sus padres.

No hace tantos años me gustaba, al salir de trabajar, atravesarme Sevilla de norte a sur para tomarme un mero empanado con mi padre en el Jamaica.

Ese momentazo de pillarle con el puntito gracioso de cerveza, en el que me presentaba a sus amigos de siempre y le explicaba a cada camarero que yo era su hijo, el ingeniero.

Pídete unos huevos rellenos, que te gustan mucho.

Sí, me gustaban los huevos rellenos y el mero empanado, pero sobre todo me gustaba saber que estaba ahí, que no había persona que me quisiera más ni se sintiera más orgullosa de mí.

—¿Cómo van las cosas por la fábrica, hijo?

Me paso la vida diciendo a Fran que tenemos que ir al Jamaica, que muero por una cerveza fresquita como las de mi padre, por un mero empanado, por ver esos ojillos alegres al ver a su niño aparecer por sorpresa.

Pero nunca vamos.

lunes, mayo 22, 2023

Cuerpos

Incluso a los que estamos concienciados contra todo tipo de discriminación se nos va la mirada cuando, de golpe, aparece frente a nosotros un cuerpo alejado del estándar, alguien muy diferente en lo físico a la media.

Luego nos entra la rabia, pero ya hemos señalado a esa persona con nuestra mirada.

No creo que haya que fustigarse por ello, somos humanos, pero sí trato de ponerme en la piel de aquellos que lo sufren, de modo que hago por circunscribir mi gesto de sorpresa al estricto tiempo en el que esta se produce.

A partir de ese instante, hay que mirar a los ojos. Más que nunca, mejor que nunca, buscar la mirada, firme, serena, empática.

Esa persona sabrá que tú sabes que tiene un cuerpo 'no normativo' y apreciará que tú redirijas tus ojos a su interior, donde en realidad todo se cuece.

Dolor

No hay dolor que sea ridículo.

Todos tienen que ser tratados para evitar que se hagan bola.

Cuando alguien sufre, no debe mirar hacia otro lado por ver si escampa, debe mirar para dentro para entender dónde está el desajuste.

Esta civilización se está rebelando contra ese mirar hacia otro lado que arrastramos desde que el hombre es hombre. Está legislando contra las inercias que han agredido con fuerza al que sufría, porque no estaba permitido sufrir.

No hay que mirar más que un siglo atrás para comprender que la mitad de la población no tenía derecho a voto, ni a separarse del marido, ni a abrir una cuenta bancaria. No está lejano el día en el que una mujer negra se sentó en el sitio reservado para blancos en un autobús de la blanca América. Aún vive gente que sufrió cárcel por ser homosexual. Hasta hace bien poco era un delito abortar. No mucho más lejos que ayer una persona trans era una persona insultada hasta el escarnio.

Todos esos eran dolores que hacían a la sociedad más infeliz y que no han terminado de desaparecer.

Lo que ocurre es que hay grandes inercias que se hacen fuertes cuando ven que se rompen las costuras de sus privilegios. Son los que ridiculizan a los que hemos conseguido salir de nuestras cárceles para decirnos que somos unos privilegiados, lobbies progres que buscan destruir las tradiciones, a la gente 'normal'.

Envenenan el discurso para volver a meternos el miedo en el cuerpo, nos tiran piedras para que volvamos al subsuelo de la ignominia, pero no lo conseguirán.

No nos callarán.

Pureza

Noto que hemos perdido capacidad de pensar con pureza.

Hay quien es incapaz de criticar o defender determinadas opiniones por no ir en contra de las proclamas de aquel partido con el que simpatiza. Si su líder se sube al monte y dice una barbaridad supina, el votante da mil rodeos por no criticarlo.

El problema es que los políticos dicen cada vez más barbaridades y parte de la ciudadanía queda presa de esos mensajes exaltados. Cuanto más los aplaudamos, más subirá el tono, más tremenda será la frase, más simple y prehistórica la arenga, menos espacio dejará para el matiz.

Si queremos ganar en profundidad democrática, debemos aprender a no casarnos con otra cosa que con la verdad, el sentido común, el bienestar general, la bondad. No podemos permitir que nos arrastren al enfrentamiento, sino que debe ser la ciudadanía la que reconduzca a terrenos de consenso la convivencia entre todos.

¿Cómo se consigue eso?

Expresándonos en todos los ámbitos como si no existieran los políticos, que son necesarios, sí, pero no pueden coartar nuestra manera de ver la realidad de las cosas.

Si tú, que me conoces, ves que critico al líder que tú me supones, estoy facilitando que tú seas menos talibán, también, con el tuyo.

Yo no comulgo con ruedas de molino, por mucho que lo diga quien preside el partido más cercano a mi forma de pensar.

No pasa nada, no somos herejes por discrepar, no es pecado dar la razón al contrario cuando la tiene.

Humanicemos el debate, que nadie coja un micro para gritar al viento lo que pensamos tú y yo.

jueves, mayo 18, 2023

Sorda

En esa pretendida lucha por hablar sin complejos, se permiten atrocidades. En nombre de la libertad se proclaman barbaridades, en una pretendida lucha contra los 'modernos'.

Es la fiera que alimenta Trump, bajo la pretendida astucia de llamar a las cosas por su nombre. 

Resulta que hay una candidata a alcaldesa en Valencia que es sorda y lesbiana. Resulta que hay un programa de máxima audiencia que se mofa de ello.

¿Qué más tiene que tener alguien para ser candidato?, se ríen. ¡Sorda y bollera!, gritan, a carcajadas.

Seguramente no tengan a nadie sordo en la familia, ni tengan aprecio a nadie homosexual. Es posible que Pablo Motos y Miguel Lago no sepan lo que es nacer sin referentes, crecer en una sociedad que ridiculiza al diferente. Seguro que no saben del dolor de cargar con una discapacidad, ni de las dificultades que cualquier persona, desde su más tierna infancia, siente al pertenecer al círculo de los que no somos 'normales'.

Ese programa lo ven críos, chavales que a lo mejor no son sordos, pero sí tartamudos, niñas que a lo mejor no son lesbianas, pero sí tienen una cojera, o un brazo más pequeño, o la cara invadida de acné. Chavales que, sin tener ninguna característica que les diferencie, no están aún maleados por la falta de sensibilidad de esos dos graciosos.

A esos jóvenes espectadores esos comentarios jocosos no le ayudarán a ser mejores personas, ni más solidarios, ni más empáticos, sino que les harán embrutecerse para defender su supuesta normalidad.

Yo crecí escuchando chistes de maricones, sin ningún referente en el que apoyarme, sometido al dictado de lo que debía ser un joven ejemplar. 

Tardé 29 años en pedir socorro.

Lluvia

Quién me hubiera dicho un día lo bonita que podía ser la lluvia.

Sentir, sin mirar las ventanas, que el cielo se oscurece; escuchar, sin quitar la música, el golpear del agua contra el suelo del patio; oler a tierra mojada en plena ciudad, subir el estore y ver la torre de Don Fadrique anenazada por nubes negras; grabar los rayos desde la ventana, sacar la mano y chuparme la palma para recordar a qué sabe la naturaleza.

A eso hemos llegado, como el amante que ve a su amor partir para siempre después de no haberlo cuidado y trata de retenerlo un minuto más, tocarlo, verlo, sentirlo cuando ya la ruptura es irreversible.

Así estamos, así está ella, enfurecida, dislocada, agresiva, distante. Nos lo dijeron quienes sabían de esto, que lo estábamos haciendo mal, que le estábamos haciendo daño, que llegarían los días en que echaríamos de menos todo lo que nos daba.

Hoy aparece, furiosa, y echas de menos los tiempos en que no era noticia verla llorar.

Ascensor

Pasábamos un delicioso fin de semana en Estepona.

Joaquín y Antonio nos trataban como a reyes. Desayunos sanísimos con vistas al mar, cenas de vino y quesos, charlas largas de arreglar el mundo, paseos por la costa para ponernos al día.

Felices, tras despedirnos, Fran y yo nos abrazamos esperando el ascensor.

Sin darnos cuenta, silencioso, este se abrió y apareció una adolescente, que nos cazó metiéndonos mano por debajo de las camisetas.

La reacción inmediata fue la de apartarnos con brusquedad, hasta que la puerta se cerró de nuevo, sin que se nos pasara por la cabeza preguntar si subía o si bajaba.

Qué de miedo nos han metido en el cuerpo. Quién nos quita de la cabeza esta culpabilidad insana.

Trabajar

No hay que presumir de trabajar mucho, si acaso de trabajar bien.

Cuando a alguien se le llena la boca al fardar con sus horarios de oficina, mi primer pensamiento es compadecerle.

Salvo que tu empresa te explote y no tengas otra opción, salvo que sea tu propia empresa y temas por su futuro.

Echar doce horas diarias, si no te las exige tu compañía, es falta de eficiencia, sin duda. Darse golpes de pecho por hacerlo es de torpes.

Si uno es responsable, sabe cuándo hay que darlo todo por quien te ha contratado, del mismo modo que hay que saber poner límites. No siempre todo puede ser importante, eso es abuso.

Hay quienes no escapan de la propia paranoia hasta el punto de que solo se sienten cómodos en el curro, quizás como consecuencia de echar tantas horas allí que han dejado baldío todo terreno exterior.

Estemos arriba o abajo, debemos cuidar nuestra salud mental y no confundir los términos. Una empresa con trabajadores que pasan más de diez horas diarios enredados es una empresa que maltrata. Un trabajador que lo hace sin que se lo pidan es alguien peligroso consigo mismo.


miércoles, mayo 17, 2023

Eslava

Mis pausas para comer en el Eslava eran una delicia.

Eran.

Me saludaban al entrar y en dos minutos ya tenía mi salmorejo por delante. Simpáticos, eficientes, comida sabrosa y barata, ese bar era un paraíso a cien metros de casa. La pausa perfecta en las jornadas de trabajo.

Tan buenas opiniones tenía, y tiene, que desde hace años es imposible comer allí.

El otro día estaba tan antojado que decidimos plantarnos a cenar ¡a las siete de la tarde! Completo. 

No hay un solo cliente local, abundan los japoneses y los nórdicos, que disfrutan del placer de comer como los ángeles por un precio regalado, solo se oye inglés, francés o alemán.

Esto trae consigo la despersonalización del negocio, los camareros pierden a la clientela fiel y se vuelven trabajadores de aeropuerto, donde cada día aparecen caras nuevas que nunca volverán.

Eso desanima, sí o sí, a los empleados. Eso rompe la magia de negocios con solera.

Pero el euro es el euro. Nada que objetar.

Ocurrió con otro restaurante que adorábamos. Estábamos como en casa, nos conocían por nuestros nombres, se dejaban aconsejar. Con los años, eliminaron la posibilidad de reservar, había que llegar tempranísimo y hacer cola antes de que abriesen, fueron subiendo precios, disminuyó la amabilidad del personal. La gallina de los huevos de oro se hizo agresiva y el turista se asustó. A día de hoy, han tenido que retomar la carta antigua, más económica, y vuelven a buscar al cliente sevillano. 

Soy un firme partidario del turismo, más en una ciudad como Sevilla, necesitada de empleo y de entrada de dinero. 

Mi preocupación versa sobre cómo solucionar contradicciones para no convertir a la ciudad en un parque de atracciones. Si el turismo se apropia de los espacios más singulares, estos pierden su gracia, sin su esencia dejan de ser atractivos para el de fuera, se vuelven mediocres y vuelta a empezar.

El empresario debe cuidar a su cliente de toda la vida, porque siempre estaremos aquí, porque damos color, y calor, al local, porque el visitante prefiere sentir que está en un espacio auténtico, señero, con personalidad, pero prefieren eliminar la posibilidad de reservar, para así ponerlos a todos en cola, para que la cadena de producción, ¡qué importa el romanticismo!, vaya a pleno pulmón.

martes, mayo 16, 2023

Furgona

Cada vez que en la fábrica me hacen abrir el maletero por medidas de seguridad, me planteo qué es lo que me voy a encontrar.

Fran es una máquina de llevar cosas de un sitio a otro. Esta silla para la playa, este ordenador para el local, esta alfombra para el trastero.

Cuando decidimos hacer un cambio en la casa, aunque sea mover un mueble, tenemos dos posibilidades. O me toca a mí, que lo tiro todo, o le toca a él, que se dedica a mover las cosas de un sitio a otro.

Así que no podemos hacerlo juntos, porque él me come la cabeza cada vez que meto algo en la basura y yo trato de convencerlo de la inutilidad de mantener objetos que no sabemos ni para qué sirven.

Yo viviría en un piso vacío de todo, menos de Fran.

Georgina

Imagino que todas las épocas han tenido sus figuras de papel maché.

En estos tiempos, en todo caso, se fomenta hasta convertirse en un modelo a seguir al personaje vacío, cuyo único mérito es haber sabido sacar rédito a una situación personal de privilegio.

Se hacen incluso series de televisión con estas personas, se les invita a programas de máxima audiencia, se les ríe las gracias, que no suelen tener.

Hijo de duquesa, mujer de futbolista o pretendiente de la hija de la exmujer de un cantante. Poco importa.

Se publicita tanto, que ya una parte de la juventud solo aspira a ser 'influencer', lo que implica llevar al gimnasio el cuerpo, y obviar todo lo que sea crecer por dentro.

Sí, es más cómodo escuchar las barbaridades clasistas que suelta por la boca Georgina que no dejar a un lado el móvil, tirarse en el sofá y leer 'Sinuhé el Egipcio'.

Lo que tengo claro es que la chica que hoy lee 'Sinuhé el Egipcio' será quien tenga las riendas del mundo mañana. 

lunes, mayo 15, 2023

Dieta

Me gusta cuidarme y tengo fuerza de voluntad, dos actitudes que casan muy bien.

Sin obsesiones, trato de aplicar las cuatro reglas básicas de nutrición y deporte, las que dictan el sentido común y los expertos sobre lo que significa comer sano y realizar actividad física.

Para lo que sí soy intransigente es para ser intransigente.

Hay días en los que le digo a Fran, al terminar de trabajar, que me voy a hacer diez mil pasos por el centro y que luego cenaré un trozo de queso fresco.

Pues nos ha llamado Isaac para irnos de cervezas.

—¡Dile que sí!

Lujo

El lujo, para quien lo paga, es que no te digan que no.

Que no haya puertas cerradas para el dinero.

Quiero cenar en la piscina con música de Depeche Mode.

Pues en la piscina se cena, aunque no esté preparada para ello, y llevamos allí el mejor equipo de música del hotel.

Visitar esa isla, montar en ese avión, pasear por ese parque, conocer a esa cantante.

Lo que usted diga, señor.

Eso se paga, la reverencia, la sonrisa, el sí a todo. No hay dinero que no pueda comprar el mayor de los caprichos.

No es tan importante que el plato sea bonito, sino que sea de Versace. No es tanto que esa ruta junto al río sea impresionante, sino que la pueda hacer sin que nadie me moleste.

El problema es cuando la cuenta corriente se viene abajo y uno se da cuenta de que es mortal.


viernes, mayo 12, 2023

Indio

Estaba terminando de rematar mi novela, recluido en el piso de mis suegros en Portugal, cuando los gritos de un crío me sacaron de la historia.

La luz entraba a raudales por el balcón, la brisa era perfecta, el momento final, tantas veces imaginado en mi cabeza, se acercaba. Iban a proponerle a mi protagonista algo que llevaba media vida esperando.

Pero fuera el niño empezó a jugar a la pelota. Él solo. Daba con el balón en la pared y gritaba a cada patadón.

Me asomé con cara de pocos amigos y allí estaba él, un chaval indio, hay muchos en el Algarve, de cinco o seis años, jugando consigo mismo. Me metí en el salón, y cerré la puerta del balcón. El niño, tal vez comprendiendo la situación, tomó la pelota, se sentó en un poyete y se calló.

Por fin pude escribir la frase, la emoción me subía por las piernas. ¿Le pediría o no mi protagonista a su amigo que no se fuera a Perú?

Puse el punto final a una historia en la que he batallado con muchos de mis traumas personales.

Me asomé al exterior, a través del cristal, y allí estaba el pequeño indio, callado, con la pelota abrazada a la barriga, mirando al escritor mosqueón.

Tacaño

El tacaño, muchas veces, cree que los demás no nos damos cuenta de que lo es.

El tacaño se niega a verse tacaño.

Uno puede tener menos dinero, más apuros, una situación económica angustiosa en casa, que eso no tiene que ver con la cicatería. 

Una persona avara es un persona egoísta, pura y simplemente, y eso se da en todas las condiciones sociales. Quienes nunca ofrecen su casa, ni llevan vino a las cenas, ni preguntan cuánta gasolina hay que echar, quienes te buscan cuando apareces en la máquina de café para que los invites. Siempre está el que pone por encima de todo lo suyo, pero aprovechando un poco lo del resto. Hay quien ahorra a costa de los demás.

A mí la experiencia me ha demostrado, salvo alguna puntual excepción, que no me llevo bien con quienes son muy mirados con el dinero.

Es que me cuesta mucho ganar el dinero.

Pues por eso mismo, por lo mucho que cuesta, lo quiero compartir contigo.

La generosidad es un valor sublime que se manifiesta de mil formas posibles. Quien esconde la mano a la hora de pagar, va a esconderla cuando le toque dar la cara por ti.

jueves, mayo 11, 2023

Larga

Me erotiza la inteligencia.

La que no necesita de carreras universitarias ni de educaciones exquisitas.

La de raza.

Ésa con la que no mucha gente nace. La que no tiene mérito, porque se tiene o no se tiene.

La rapidez cognitiva, la amplitud de recursos, los reflejos emocionales, la guasa, el arte para decir las cosas.

Una mente larga es de un atractivo redondo, tener cerca a alguien que piensa más deprisa que tú, al que se le ocurren ideas estrambóticas, que vislumbra todos los escenarios posibles me motiva muchísimo.

Hay quienes me alegran la mañana sólo por una frase bien metida en contexto, por un guiño en el momento oportuno. Por hacerme ver que nos entendemos sin necesidad de discursos.

Poderío mental no es sinónimo de bondad, pero sí de seducción. A mí me encanta que me seduzcan con la cabeza, con la palabra, con la mirada.

Esa gente que, antes de contestarte, ya te tiene embaucado con su imprevisibilidad.

miércoles, mayo 10, 2023

Crown Tavern

Había ido varias veces a Newcastle, en el norte de Inglaterra, por trabajo. 

Siempre solo.

La ciudad, fría y húmeda, es coqueta. De un tamaño accesible para ir a pie a cualquier lado, me gustaba pasearla las tardes al salir de la fábrica que Nissan tiene allí cerca.

Mi amigo Kiko me insistía:

Tienes que ir a la Crown Tavern, Salva.

Me enfadaba saber que había perdido la oportunidad de conocer esa taberna en los tiempos en los que visitaba frecuentemente la ciudad. Había cambiado de puesto y los viajes se habían reducido.

Pero la ocasión llegó y, además, me acompañaría Fernando, más amigo que compañero de trabajo.

Por cuestiones logísticas tuvimos que tomar dos vuelos diferentes. Yo llegué por la mañana y ya me paseé por la acera de la Crown Tavern. Fernando llegó por la tarde y, en cuanto se duchó, nos fuimos para allá.

¡Nervios!

Fue abrir la puerta de la taberna, nosotros que íbamos maqueados para la fiesta, y nos encontramos con el hogar del pensionista. Allí dentro el más joven tendría 70 años. Todos se giraron para vernos.

Nos miramos Fernando y yo y decidimos quedarnos.

¿Dos pintas de cerveza?

¡Venga!

Qué buen rato pasamos.

Ahora que lo escribo, pienso... vaya guasa que tiene Kiko.

Madeira

En los viajes se presenta siempre la disyuntiva de prepararlos o no.

Yo soy de los que prefiero ir a la aventura, más expuesto a la sorpresa y al fracaso. Fran tiende a estudiarlo todo antes de llegar.

Habíamos aterrizado en Hamburgo un mes de agosto, y hacíamos tiempo para que nos entregaran nuestro apartamento en el barrio portugués que hay junto al puerto alemán.

Con hambre, buscamos por las calles de alrededor un sitio para comer.

Al ser tan amantes de nuestro país vecino, nos metimos, al azar, en un restaurante portugués, donde buscamos un rincón calentito tras habernos puesto empapado con la lluvia.

Pedimos sopa de pescado para empezar.

Ya al servírnosla, nos llegó un olor repulsivo. Fue probarla y sentir arcadas. No hacía falta más que mirar la cara de asco de Fran para dejar el plato a un lado. Yo hice el esfuerzo y me terminé la sopa más salada y fea que a la que me he tenido que enfrentar.

Entonces llegaron los calamares, aceitosos, achicharrados, escuálidos.

Fran sacó el Trypadvisor para informarse sobre el sitio en el que nos habíamos metido. De 2576 restaurantes que había en Hamburgo nos habíamos metido en el que estaba valorado como el 2575. Sólo había uno peor y no quise imaginar cómo sería.

martes, mayo 09, 2023

Sabiduría

El otro día preparé unos canelones riquísimos gracias a una anciana argentina que me lo explicó desde Youtube.

Era mi plato preferido de entre todos los que nos hacía mi madre. De esos placeres que idealizas en el recuerdo y no te atreves a estropear. Las veces que lo intenté me salían grumos en la bechamel y la pasta quedaba dura. Sí, no es lo mío la cocina.

Esta señora, en apenas tres minutos, me enseñó, con un vídeo sencillo y sus manos ajadas, a recuperar un sabor de mi infancia.

Hemos arreglado la puerta de la nevera, solucionado una inundación en el fregaplatos y evitado comprar una lavadora gracias a explicaciones sencillas de gente anónima que dedica parte de su tiempo a compartir su sabiduría.

¡Es tan grande la fuerza de Internet! ¡Sería tan bonito trabajar así, disfrutar así, en comunidad!

Lo preocupante es que Internet lo creó el ser humano y en él se proyectan también todas las miserias del hombre. La envidia, la codicia, la ira, la maldad, los complejos, las frustraciones. Todo eso también se descarga ahí.

Maldita maldad.


lunes, mayo 08, 2023

Nunca

En el ritmo de trabajo en el que muchos nos movemos, la interrupción está a la orden del día.

Si la tarea requiere un componente importante de concentración, el que te bombardeen a mensajes, emails o llamadas no favorece el que desarrolles mejor tus tareas.

Hay que imponerse métodos para salir de esa dinámica perversa, como apartar el teléfono, quitarle el sonido, bloquear la agenda, no mirar los correos más que en determinados momentos, así como respetar los tiempos en los otros. Si no es fundamental una cuestión, no distraigas para obtener una cifra que o bien no te corre prisa, o puedes obtenerla por ti mismo con algo más de esfuerzo.

Todo eso no quita para que, cada vez que alguien me contacta con una urgencia a través del chat de la empresa, trate de actuar con señorío.

Perdona que te moleste, Salva.

Yo me salgo del tema en el que esté, para responderle, siempre:

Tú no me molestas nunca.

Y lo escucho con atención.

A ese compañero ya lo tengo ganado para el futuro.

sábado, mayo 06, 2023

Coronación

¡Qué hermoso y qué anacrónico!

Qué desconectado de la realidad de las cosas, de las gentes.

Liturgia de coronación para conectar al rey con Dios, en los tiempos que corren. Suena ridículo y majestuoso. Roza lo cómico y lo dramático. Esperpéntico. Colosal.

Esa hilera de obispos enfundados en túnicas de colores con caras de sabueso, a la espera del momentazo en el que tienen que bendecir con su palabra la sabiduría del representante en la tierra de la iglesia anglicana.

Ese Carlos III con cara de póquer, con su pensamiento oscilando, seguro, entre la mamarrachada de su indumentaria y la grandeza de sentirse heredero de una tradición milenaria.

No sé si a la monarquía le viene bien que se retransmita a los cuatro vientos lo alejada que está del pueblo, a sabiendas de que hay una parte del pueblo que idolatra ese juego de tronos.

Hace siglos, eso no lo veía la plebe. Hoy lo ven por televisión mientras se preparan una cerveza en la cocina. No creo que tarde el día en el que no se soporte tanta contradicción.

Ese hombre con esa corona de diamantes en la cabeza.

Esa ridícula majestuosidad.

viernes, mayo 05, 2023

Insulto

El insulto es un arma aparentemente inofensiva.

Mejor maldecir que tirar una piedra, podría pensarse.

El daño causado por la palabra a veces es más doloroso que el provocado por un golpe físico. El insulto denigra, agrede y requiere de otro improperio de vuelta, para introducirnos en una dinámica de la que no es fácil escapar.

Cuando ofendes es difícil borrar esa mancha, no la que has causado en el otro, sino en ti. Una vez que has vituperado a otra persona ya te has retratado y lo que, en un principio, puede parecer carácter, incluso personalidad, a la larga se convierte en una tara en tu relación con el agredido.

No somos conscientes de la belleza de hablar bien, en el tono, en las formas, en el contenido.

Un calentón lo tiene cualquiera, no hay que fustigarse si un día sueltas una burrada a quien se lo merece. El problema es cuando para defender los argumentos tienes que recurrir a la descalificación del otro.

Si quieres ganar una batalla, la mejor estrategia es seducir.

jueves, mayo 04, 2023

Antigua

Hay gente antigua, y no tiene que ver con la edad.

Hay niños rancios con quince años.

Y abuelas modernísimas con ochenta.

Antes sabíamos que existían, pero desde hace unos años tenemos constancia de que son muchos. Los rancios. Los antiguos. Que tienen todo el derecho a existir, faltaría más. El problema con ellos es que creen que muchos de nosotros no tenemos derecho a ser como somos, porque no somos como Dios manda.

Son los de que las cosas siempre han sido así y malditas las ganas que hay de cambiarlas.

Total, a muchas mujeres siempre las han maltratado de puertas para dentro y no tenía por qué enterarse nadie. Los hombres 'raritos' se casaban y luego se iban al parque a pagar a jovencitos para desfogar. Bastaba con mirar para otro lado. O se les metía en el seminario. Se escandalizan al ver que una mujer decide ser madre por sí sola. Son los que aseguran que todos los delincuentes son negros, sudacas o moros. Así, con esos términos. Son los que simulan los ruidos de un gorila cuando un jugador de color toca el balón en un campo de fútbol. Son así de empáticos. Se llevan las manos a la cabeza por el hecho de que haya familias que quieran desenterrar a sus muertos, fusilados por un dictador, mientras llevan flores a los suyos en sus panteones. Son personas que creen que este país es de su propiedad, por lo que cuando no gobiernan los suyos, los demás son unos okupas. Para ellos, no es cierto que la tierra se seque y los veranos sean cada vez más largos. Eso siempre ha pasado. 

España, su España, siempre ha sido así. 


martes, mayo 02, 2023

Asco

El asco es una sensación primitiva que se atenúa conforme cumplimos años.

Al menos así lo veo yo, que establezco teorías peregrinas acerca del ser humano a partir de lo que experimento, porque no voy a vivir otra vida donde pueda corroborar si mis elucubraciones son ciertas.

Quitando los años de la primera infancia, cuando te puedes comer una cucaracha si tus padres se descuidan, la adolescencia es una etapa en la que todo nos produce repeluco, ponemos mil pegas a las comidas, nos juramos que jamás probaremos esto o aquello.

Yo me prometí, siendo un chaval, que nunca tomaría café, ni bebería cerveza, ni comería espinacas. 

Quién me ha visto y quién me ve.

Cuando uno va teniendo una edad, los sentidos se relajan en su apreciación de las cosas y ya no cualquier tontería te provoca un rechazo extremo, ni te dan grima comidas, objetos o insectos que antes te hacían dar un grito de repulsión.

Total, de algo hay que morir.

Iniciativa

He aprendido a admitir que hay personas que nacen sin iniciativa.

No es una cualidad que juegue a su favor, pero tampoco debemos ser talibanes para hacerles el vacío a quienes ni nos llaman nunca, ni proponen nada.

¿Quién no viene con un defecto de fábrica?

Es incómodo que con ellos deba ser uno quien siempre tire del carro, la cuestión es valorar si nos merece el esfuerzo. 

Cuando decides que sí, que esa persona vale la pena, adelante.

Ocurre, a menudo, que suelen decir que sí a nuestras propuestas. Tengo un matrimonio amigo que no me llama estrictamente nunca y cada vez que lo hago yo me dicen que sí, a todo, a la primera. Una cena, un acto cultural, un paseo. A todo que sí. 

Tenemos un amigo que vive, solo, a cuatro calles, que siempre nos agradece, de corazón, que contemos con él. 'Se me pasan los días sin hablar con nadie', admite. Eso sí, si no lo llamamos, no existe.

Diferente sería que dijeran, habitualmente, que no a cada iniciativa. Entonces sí hay que cerrar el grifo.

Decidí hace tiempo que prefiero valorar mi capacidad de promover que gastar energía en criticar la pasividad en los otros. 

Son personas a las que quiero, pues ya está, venían con esa pequeña tara.

Si uno no llama porque el otro no lo hace, al final nos abocamos a un planeta de soledades.

El mundo lo movemos los valientes.

lunes, mayo 01, 2023

Infinito

Es en los momentos más dulces cuando uno se plantea por qué el tiempo no es infinito.

Charlas pasionales, un arroz junto al mar, una novela de Patricia Highsmith, paseos por la calle Betis, un mensaje cariñoso de mi sobrino, pelis en la cama junto a Fran.

Buscar el que esas situaciones se repitan por siempre no es pecado. Es tener sangre en el cuerpo. Entender que la vida se compone de episodios de todos los colores e identificar aquellos con los que te quieres quedar. Que todos los jueves se repita esa cena, hacerle la misma fiesta a esa canción, siempre, que todas las tardes llegue un comentario de Carmen Estellés a mis textos.

Luego hay días, hay ratos, hay gentes desagradables, tragos por los que hay que pasar, noticias horrorosas que te hacen comprender el sentido verdadero de las cosas y se quita uno de la cabeza la noble idea de querer que todo dure por toda una eternidad.

Eso sí, que no nos quiten esos instantes en que quisiéramos vivir por siempre.