Tal vez porque han visto que en sus casas no podían disfrutar de sus padres hasta ya entrada la noche y no quieren repetir la historia.
Lo fácil es llamarlos perezosos, lo oportuno es tratar de entender por qué hemos creado una sociedad en la que la ansiedad por el escaso tiempo libre ha achicharrado a muchas personas que no tenemos la jubilación muy lejos.
Soy una persona profundamente feliz, siendo consciente que mi felicidad trae detrás un ímprobo trabajo de aceptación, de resiliencia, de autogestión.
Sé, también, que la vida no merece estos atracones de ansiedad a los que nos vemos sometidos.
No todo el mundo es fuerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario