Puede acompañarme toda la noche mi hermana Raquel, que al mismo tiempo es la presentadora del Telediario. O mi amigo Martín, que se confunde con un compañero de Aveiro.
Yo vivo odiseas extraordinarias en mis sueños que nadie me sabe explicar.
¿Qué hago siempre conduciendo bicicletas de veinte metros de altura?
Ya en la ducha, tratando de reconstruirlos, me pregunto cómo el hombre ha llegado a la luna y no ha sabido descifrar las aventuras que vivimos al dormir.
Tal vez ahí se encuentre el germen de la mejor terapia mental.
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