Nadie es de ninguna manera por haber nacido en ningún lado.
Es algo que parece de perogrullo, pero suele ocurrir que a uno lo etiqueten, antes de conocerlo, por sus circunstancias natales, familiares o culturales.
La Estadística es una materia que me apasionó desde el momento en que la descubrí en la universidad. Y sí, es una ciencia que llega a ser exacta cuanto más número de individuos tome en una muestra.
En cambio pierde su fuerza cuando de una sola persona se trata. Los españoles salen más a la calle, cenan tarde y hablan alto. Pero un españolito cualquiera tiene todo el derecho a ser taciturno y hacer ayuno por las noches.
Ya me ocurría desde mis primeros viajes en tren con mochila por Europa. Tendría 18 años y ganas de conocer el mundo. Me enamoraba de cada encuentro, de cada conversación en inglés, me entusiasmaba observar otras formas de comer, de tocarse. Lo vivía todo en carne viva.
Hasta que, al preguntarme de dónde era, yo respondía que andaluz.
—Ay, qué gracioso. Cuéntame un chiste.
Toda mi emoción y mis enamoramientos se me iban a los tobillos.
—¡Que no sé contar chistes!
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