Los momentos más divertidos son cuando nos habla de su tía Mónica. Tan exagerada en sus gestos, Iván imita a mi hermana con devoción mientras se muere de la risa.
—No sabéis la última —nos dijo.
A Mónica siempre se le han atragantado un poco los idiomas. Pone letras de más, de menos o simplemente se las come.
—Cogió el mando inteligente de la tele —nos decía Iván— y gritó ¡Nexflit!
Con la t donde la x y la x donde la t.
—¡Esto no funciona, Iván! —Protestaba mi hermana.
Casi se hace pipí mi sobrino contándonoslo y ahora, Fran, cada vez que me pide que veamos una peli da el grito.
—¡¡¡Nexxxxxxflittttt!!!
Tanto es así que ya nos hacemos un lío al pronunciarlo.
(Relato publicado con permiso de Mónica)
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