Cuando te encuentras a alguien que hace tiempo que no ves, no le hables del color de la última colcha que te has comprado.
Es de torpes.
Si a esa persona le tienes una pizca de cariño, haz por lanzar preguntas grandes, que abarquen su mundo, que le permita decirte cómo le trata la vida, que sirvan para volver a trazar un puente entre los dos, tal vez hasta que un largo tiempo después volváis a establecer esos pilares de quita y pon en un encuentro futuro.
A mí no me gusta la gente torpe, me da pereza, aquélla que no sabe entender cuándo corresponde hablar de cada cosa, que te explica como ha zurcido un calcetín cuando ni siquiera te acuerdas de su nombre.
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