Cuando veo el telediario, querría ser periodista.
Y si estoy en el hospital envidio no haber sido médico, y piloto de avión si vuelo, o investigador al anunciarse un avance contra el alzheimer, incluso actor cuando me meto en una película.
La pena, o la suerte, es que solo tenemos una vida para ponernos a prueba; que no somos conscientes de la importancia de las decisiones tomadas hasta que ya el camino está hecho.
O casi hecho, porque siempre hay un tramo por recorrer, una curiosidad por satisfacer, personas de las que aprender.
Lo que no vale es desmerecer aquello a los que nos dedicamos porque, aunque no nos lo creamos, siempre hay alguien a quien le hubiera gustado hacer lo haces tú.
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