Solo.
No suele ser la temática principal del sueño, sino el encuadre. La trama principal puede ser que haya caído un meteorito en medio del campus o que en los árboles del patio hayan empezado a germinar cucarachas, pero ahí estoy yo como un bendito con los libros en la mochila.
Es curioso, porque casi siempre encuentro la salida al laberinto. Algún personaje de esa mi doble vida nocturna me hace ver que yo ya tengo el título, que ya soy ingeniero, que la vida me trata bien y que estoy ahí tan solo porque quiero aprender más.
Entonces me relajo y dejo de dar tumbos en la cama.
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