Pasas de un asunto a otro sin darte cuenta, te azuzas para terminar una tarea por hacer otra. Quieres leer, pensar, charlar, cocinar, escuchar, probar. Quieres, incluso, no hacer nada. Un 'no hacer nada' elegido, de los que te permiten recrearte en tu pereza.
A mí me aburre la gente aburrida, no porque yo piense que nadie tenga que estar corriendo de un lado a otro, sino por no entretenerte con nada.
Entretenerse, además, no es caro; incluso es gratis casi siempre, porque va asociado a cosas que tú ya tienes.
Eso sí, requiere disciplina, una cierta gimnasia, tener curiosidad y propósito de mejora. Aburrirse es dejarse ir, que es lo más sencillo del mundo.
Pero qué aburrido es estar aburrido.
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