Hay gente a la que le tengo tanto cariño con la que, aunque sepamos que todo es mentira, me envío mensajes para futuros cafés que sabemos que nunca van a llegar.
Porque nos queremos aunque ya no tengamos nada que ver, ni nuestros mundos estén ya entrelazados.
Sé dónde viven, cómo están sus familias, cómo les va en el trabajo, las tres informaciones básicas para no perderles la pista. No quiero perderles la pista. No hay rencores, deudas ni arrepentimientos.
Gente que sé que me quiere, a la que quiero a pesar de que nuestros caminos se separaron para siempre.
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