Las personas a las que mejor les va son aquellas que no se enrocan en el por qué a mí y se lanzan a por el cómo salgo de esta.
No se debe andar de espaldas, así es difícil ver la luz que se abre en el horizonte.
Todos sufrimos reveses, a uno no le conviene creerse especialmente desgraciado ni que la naturaleza o el destino se haya cebado con él.
Al pasado hay que mirarlo para aprender, no para echarle las culpas.
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