Como los perrillos a los que lanzas la pelota una y otra vez, no saben definir ese disfrute.
Amargados con sus vidas actuales, buscan por los periódicos, en las radios, en el telediario esas noticias en las que meter colmillo, para despotricar contra los moros, los maricones, las feministas, los sudacas, los culturetas, los negros, los catalanes o los comunistas.
Si pudieran, nos quemaban.
Ese morbo de tomarse un café, abrir el periódico y aullar por dentro contra todo el que sea lo que él nunca será. ¡No hay mayor placer que estar encabronado!
El peligro, visto está, es que votan.
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