Soy de los que pienso, como amante de la lengua española, que la Real Academia metió bien la pata al suprimir las tildes en determinadas palabras, como 'solo'.
Cuando las normas no están claras se provoca inseguridad, porque a fin de cuentas las reglas se las da el hombre para vivir más tranquilo.
Si nos educaran con el mensaje de que en los semáforos en rojo solo te tienes que parar si ves que algún otro coche se puede cruzar, entonces tendríamos las ciudades llenas de heridos.
O uno se para o uno no se para.
No vale decir que los productos caducados se pueden consumir, en determinadas condiciones, una semana después de la fecha límite.
Todos sabemos que hay situaciones en las que podrías saltarte el semáforo o comerte el yogur caducado, sin problemas, pero ni nos lo saltamos ni nos lo comemos.
Yo quiero que la palabra 'solo' lleve tilde como adverbio y que 'este' la lleve como pronombre.
Imaginaos la frase sin los entrecomillados.
'Yo quiero que la palabra solo lleve tilde como adverbio y que este la lleve como pronombre'.
Sería una frase inentendible, absurda.
No me valen que me digan que coloque las tildes en el caso de que el significado sea ambiguo.
Ambiguo es no saber legislar con criterio y a los que nos apasiona leer, y escribir, nos gusta que se cuide la lengua para no convertirla en un terreno con semáforos apagados y yogures fuera de la nevera.
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