A veces pienso que falta algo fundamental por inventar.
Lo malo es que no sé lo que es, sólo intuyo por dónde irían los tiros.
Tendría que ver con la evasión, un territorio que vaya más allá del cine, de un balneario, de un crucero por el Mediterráneo.
Creo que ese invento se inventará, quizás ayude la electrónica, la informática y el progreso. Porque el invento con el que sueño tiene que ver con la desaparición voluntaria durante un tiempo determinado de nuestro yo.
¡Sería tan sano!
Conseguir un artilugio que nos saque de nosotros mismos y nos permita volar sin las ataduras de nuestros condicionantes de cada día. Un invento que no se esnife ni se tome en pastillas, sino una puerta que se atraviese para olvidarnos por un tiempo de nuestra propia unicidad, poder ver el universo sin ser nosotros mismos, sin aprioris, con la ingenuidad de un niño que no existe.
Algún día se inaugurará, no sé qué forma tendrá, y entrarán primero los valientes. Atravesarán la puerta dispuestos a sumergirse en una aventura deliciosa de desprenderse del propio cuerpo, porque confiarán en que haya alguien que les devolverá enteros a la puerta de salida.
Salir y decir 'he sabido por fin ser alguien que no soy yo'.
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