Había preguntado a una amiga cómo llevaba un matrimonio cercano su separación, tras muchos años de vida en común.
—Ella está bien, ella fue la que decidió romper, ella está fuerte.
Pero su chico, el abandonado, porque en casi todas las relaciones hay alguien que pierde más, está perdido. Sin apenas vida social, demasiado enganchado a esa historia recién terminada, no acaba de encontrar un asidero al que agarrarse.
—Mi marido hace por quedar con él, para sacarlo de casa —me explica mi amiga.
Para darle cierta vida, liberarse de la soledad con una charla, unas cervezas. Entonces me intereso por saber de qué hablan, cómo ve ese hombre su futuro, si va a hacer por rehacer amistades para romper con su vida anterior, para no verla a ella por todos lados.
Curioso, como escritor y como persona, por saber como un hombre consuela a otro con el corazón roto.
—Tú sabes, se dedican a hablar de coches.
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