No sé si será una característica que venga ligada al ego, pero ¡es tan fácil ser agradable! ¡Es tan reconfortante! ¡Es tan fácil ser amable!
Que no me explico qué le pasa a los que van con cara de cuerno por la vida.
Porque aunque las cosas te vayan mal, no hay que pagarlo con el otro. Más bien harás que las cosas te vayan peor.
Yo tengo determinadas reuniones semanales en el trabajo con gente concreta, que trabajan en diferentes países del mundo, en las que tengo que explicarles una serie de modos de trabajo, en las que preparo informaciones que les son útiles, en las que incluso tengo que solicitarles que realicen determinados trabajos, que son una fuente de satisfacción para mí. Pero no porque yo me muera de placer sabiendo cuántos motores produjeron en el mes de marzo, sino por haber podido facilitarles su trabajo y haberlo hecho con calma, con una sonrisa y con plena disposición a aclarar sus dudas.
No imagino hacer las cosas de otra manera. Hacerlo con mal gesto y desgana sería ¡tan torpe!
Yo seré intenso, pero torpe no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario