x

¿Quieres conocerme mejor? Visita ahora mi nueva web, que incluye todo el contenido de este blog y mucho más:

salvador-navarro.com

viernes, diciembre 25, 2020

Acción

A mí me bastó un ejemplo para saber cómo actuar en mi vida futura.

—Salva, ¿te gustaría trabajar conmigo en París? —me dijo mi futuro jefe.

—Sí —respondí, sin dudar.

Fue un aprendizaje brutal en décimas de segundo. Tenía poco más de treinta años.

Mi vida en París durante tres años me hizo mucho más humano, feliz, abierto, simpático y vividor.

Es, de forma razonada y desde ese día, un principio de vida. No postergar las decisiones. Mirar de frente al futuro. No enmarañarme en los 'come-come' de qué será de mí si hago esto o lo otro.

Sí, hay que saber interpretar los cruces de caminos. No siempre es fácil elegir.

Hay que escoger la luz, nunca lo oscuro. Se tiene que apreciar lo que aporta vida, no lo que transmite parálisis. Ante una alternativa de salir a la calle o dormir calentito, siempre hay que elegir calle. El dormir calentito está asegurado cualquier día del año.

Que la vida es acción, no inercia. Cuanto más nos habituemos a la inacción, más nos alejamos de la vida.

Si alguien viene a verme, abro la puerta. Ante una propuesta de viaje, hago la maleta. Cuando dudo si alguien necesita de mí, cojo el teléfono para preguntar.

Si no abres la puerta, ni buscas la maleta, ni marcas ese número de teléfono la sombra de no haberlo hecho te perseguirá sin tú saberlo.

No hay nada más frustrante que pensar en lo que pudo haber sido. Es mucho más sano enumerar las veces que nos hemos equivocado.

—A ti no paran de pasarte cosas —me dice la gente.

—Porque siempre dije sí —les contesto.

No quiero arrepentirme de no haberlo vivido. Nadie va a experimentar por mí.

Nuestra vida es lo que queramos hacer de ella y se nutre de gente valiente.

Pensar que vendrán nuevas oportunidades es no entender nada.

Nunca seremos tan jóvenes como hoy.

No hay comentarios: