El tacaño se niega a verse tacaño.
Uno puede tener menos dinero, más apuros, una situación económica angustiosa en casa, que eso no tiene que ver con la cicatería.
Una persona avara es un persona egoísta, pura y simplemente, y eso se da en todas las condiciones sociales. Quienes nunca ofrecen su casa, ni llevan vino a las cenas, ni preguntan cuánta gasolina hay que echar, quienes te buscan cuando apareces en la máquina de café para que los invites. Siempre está el que pone por encima de todo lo suyo, pero aprovechando un poco lo del resto. Hay quien ahorra a costa de los demás.
A mí la experiencia me ha demostrado, salvo alguna puntual excepción, que no me llevo bien con quienes son muy mirados con el dinero.
—Es que me cuesta mucho ganar el dinero.
—Pues por eso mismo, por lo mucho que cuesta, lo quiero compartir contigo.
La generosidad es un valor sublime que se manifiesta de mil formas posibles. Quien esconde la mano a la hora de pagar, va a esconderla cuando le toque dar la cara por ti.
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