Imagino que todas las épocas han tenido sus figuras de papel maché.
En estos tiempos, en todo caso, se fomenta hasta convertirse en un modelo a seguir al personaje vacío, cuyo único mérito es haber sabido sacar rédito a una situación personal de privilegio.
Se hacen incluso series de televisión con estas personas, se les invita a programas de máxima audiencia, se les ríe las gracias, que no suelen tener.
Hijo de duquesa, mujer de futbolista o pretendiente de la hija de la exmujer de un cantante. Poco importa.
Se publicita tanto, que ya una parte de la juventud solo aspira a ser 'influencer', lo que implica llevar al gimnasio el cuerpo, y obviar todo lo que sea crecer por dentro.
Sí, es más cómodo escuchar las barbaridades clasistas que suelta por la boca Georgina que no dejar a un lado el móvil, tirarse en el sofá y leer 'Sinuhé el Egipcio'.
Lo que tengo claro es que la chica que hoy lee 'Sinuhé el Egipcio' será quien tenga las riendas del mundo mañana.
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