Es el martirio perfecto, porque sabes que te gustaría comer en ese restaurante en el que lo hace tu amigo pero tu tacañería te impide disfrutarlo, porque tienes mejores genes que aquel que tiene un cuerpazo, pero no tienes la disciplina para conseguirlo.
Me sorprende la de gente que me dice lo bien que vivo y tienen todo lo que hay que tener para vivir mejor que yo.
La envidia es improductiva si no te hace crecer. Hay que convertirla en nutriente para la mente.
Yo tengo envidia de lo inalcanzable, de lo demás ya me ocupo yo.
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