x

¿Quieres conocerme mejor? Visita ahora mi nueva web, que incluye todo el contenido de este blog y mucho más:

salvador-navarro.com

sábado, mayo 15, 2021

Zamora

Mi romance con Zamora lo provocó un Burger King.

Salíamos de Cáceres camino de León más tarde de lo previsto, tras una visita guiada espectacular por la ciudad vieja, con el destino intermedio de un restaurante de carretera del que nos habían hablado maravillas. Pero lo encontramos cerrado. Había mucha hambre y ya no era hora de comer, así que el móvil nos indicó una posibilidad: unas hamburguesas en Zamora.

La ciudad, en su parte nueva, me pareció más grande de lo que podía imaginar. Saciamos el apetito y decidimos dar un paseo, antes de emprender la marcha hacia León.

Ahí vino el amor.

En cuanto nos asomamos por entre los callejones de la zona más antigua para ver transcurrir el Duero, inmenso, a sus pies, ya supimos que teníamos que volver con calma a esa ciudad vieja de iglesias románicas hincadas en el suelo, de tabernas donde te sirven alubias gigantes y cuestas que te abren vistas a un horizonte muy verde. Seguro que se conjuraron ganas de disfrutarla y un día azul, pero ya no podemos pasar por esa ruta sin parar allí donde el turismo no suele poner la cruz.

A veces, cuando nos dejamos llevar por lo no previsto, aparecen Zamoras que nos dicen, ¿no ves la vida que te pierdes cuando sólo haces lo que se supone que hay que hacer?

La comida rápida también aporta, a veces, beneficios y salud mental.

No hay comentarios: