Sí, es una evidencia, hay muchos sudamericanos en nuestro país. ¡Bendita evidencia!
Son personas que tienen en común una característica, han tenido el arrojo para atravesar el Atlántico y dejar atrás una familia y unos paisajes de infancia con el firme objetivo de poder tirar para delante. Esa característica, que los une, su arrojo, los dignifica aún más.
Llegan a un país que los entiende, que les da trabajo, pero que también, en muchos casos, los mira por encima del hombro al distinguir sus rasgos faciales.
Nos ponen el café, sirven a nuestros viejos, nos revisan la maleta en el aeropuerto, limpian nuestras calles, planchan nuestra ropa, y no los queremos integrar.
A mí me emociona verlos llegar a puestos de responsabilidad. ¡Ya empiezan a hacerlo! La generación que ya nació aquí, que disfrutó de la infancia digna que le regalaron sus padres, que supieron creérselo.
Que son tan maravillosos como los que más.
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