Es posible que llegue el día en el que venza el desencanto, mientras tanto disfrutamos de nuestra capacidad para hacer de cada cena, por ejemplo, una celebración de vida.
Poner las copas 'buenas', colocar musiquita de la que nos gusta, encender unas velas, tener un mantel diferente para cada ocasión.
Hay amores que se rompen no por falta de amor, sino por falta de ganas de enamorar, de demostrar, con detalles simples, que hay ganas de vivir al lado de quien queremos.
El engranaje de los días que se suceden necesita que lo engrasemos, en caso contrario gripa.
Que vendrán averías inesperadas, con total seguridad, pero que nos cojan con los deberes hechos.
No vale dejarse ir.
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