Le comentaba hace días a Fran que, si me pasara algo y tuviera que estar mucho tiempo en cama en un hospital, cuidase de que me viesen en buen estado las visitas que recibiera.
—Yo te protegeré —me dijo—. A ti no te verá nadie de forma impropia.
A mí me emocionó la reacción, por el hecho de que la traía ya meditada desde tiempos largos.
—Lo tengo clarísimo —insistió.
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