A mejorar como persona.
Mi mayor pesadilla sería confirmar que no crezco en mi interior.
De nuestro exterior ya se sabe, hay cuestas que una vez que comienzan a bajar, como mucho, las puedes ralentizar. Pero hay que saber emanciparse del cuerpo para llegar a tu mejor yo, conviviendo con él, cuidándolo, porque te da la vida, pero agrandando cada vez más aquello que nos hace grandes, especiales, auténticos, eso que no se pesa ni se mide, que no se refleja en un espejo ni se guarda en fotos, lo que transmites al mundo cuando el mundo cierra los ojos.
Crecer en sabiduría, en templanza, en amor a través de la consciencia de lo que realmente importa, que no se paga en euros ni se viste de colores.
Ser cada día más de fiar.
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