Pese a lo buen vividor que soy, lo mucho que me gusta la calle, organizar cenas en casa o viajar acompañado, en cuanto me retiro un tiempo a solas me doy cuenta de lo poco que necesito para disfrutar de la vida.
Una cama, un buen libro y cuatro imprescindibles en la nevera. Poder pasear, hacer algo de estiramiento y darme tiempo para cocinar.
De haber vivido otros tiempos, tal vez hubiera elegido ser monje, no por creencias religiosas, sino por disfrutar del silencio y mi mundo interior.
Conocer a Fran es lo mejor que me ha pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario