Esos amores pasados que aparecen, el día menos pensado, al oler un perfume por la calle, que te asaltan en un sueño con escenas lejanas, a quienes te lleva el nombre de una ciudad, una expresión coloquial o un modelo de coche.
Personas que fueron para ti lo más importante en tu mundo y ya no son nada, se los ha tragado la tierra, no tendrías forma de dar con ellos, aunque sea para decirles no me acuerdo casi nunca de ti.
Porque el nunca no existe, nunca existe, no cierras del todo las heridas, el recuerdo, la atracción que hubo, las cosas que os dijisteis.
Lo bueno es cuando esas personas aparecen siendo tú feliz, protegido por la guarida del verdadero amor, para demostrarte que un día lo quisiste, de verdad, pero que ese tiempo ya pasó.
Ya que los quise, los quiero. Son parte de mí.
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