Como una zanahoria a un conejo, yo arreglo una dura mañana laboral sólo con pensar en ponerme ese platazo, con salsa casera de tomate preparada con mucho chup-chup.
A fin de cuentas, la felicidad la encuentra uno con facilidad en lo sencillo, cuando confirmas que en la vida no hay más, que nadie levita ni vive en orgasmos infinitos.
Cuanto antes se aprende, antes se despeja el camino.
Que todo el sentido de la vida puede estar en un arroz a la cubana (con tomate casero).
No hay comentarios:
Publicar un comentario