Buscar temas socorridos, tratar de mostrar interés, mirar fijo a los ojos cuando te da realmente igual lo que te cuenten.
Son momentos que no se pueden evitar, hay muchas situaciones en las que no controlamos a nuestros interlocutores y nos vemos necesitados de recurrir a lugares comunes para intentar romper barreras que tampoco van a llevarnos a ningún lado en la mayoría de los casos.
A mí me gustaría ensayar más esos momentos, tener más recursos, ganar en naturalidad, saber cómo dirigirme a personas a las que es probable que no vaya a volver a ver en mi vida, sin necesidad de parecer hipócrita, frío o ausente.
Un silencio compartido es la mejor señal de confianza entre dos personas.
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