Tú crees haber vencido, pero te quedas rumiando acerca de aquello que te acaban de argumentar, qué punto de razón hay en esa persona que respetas. Y algo hay. Siempre hay algo.
Tengo la íntima sensación de que mi vida se ha ido enriqueciendo, en lo que a mi entorno se refiere, a lo largo de los años. Es algo que me he currado, porque he sido siempre muy vivo y he sabido apreciar lo que uno gana cuando se rodea de gente valiosa.
Lo fácil es dejarse ir, cuidar a tus amigos de siempre y aferrarte a las rutinas que te producen bienestar.
A mí no me basta. Yo quiero avanzar, introducir a gente que me enseñe, encontrar nuevos afectos, disfrutar de otras opiniones.
Si me hubieran explicado hace treinta años lo feliz que iba a llegar a ser, no me lo habría creído.
Vivo con gente que me ilumina a diario.
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