Yo me di un leñazo contra el suelo que aún me duele.
Cenábamos Fran, mi sobrino Iván, mi hermana Raquel y yo. Había ido al servicio y paseaba maravillado por la estructura de metales, cristales y maderas del Pakhuis. Despistado como soy, no vi una tarima y me di el batacazo de mi vida. Despierto como es Fran, me vio desde diez metros de distancia y se murió de la risa.
Aun hoy en día nombramos Gante y se desternilla.
Yo soy un especialista en caídas espectaculares, porque estoy en la luna de Valencia.
He tenido la suerte de que en muchas de mi caídas y chocazos contra farolas no había nadie mirando, pero cuando esto ocurre no puedo sino reírme de mí mismo y anotarlo en el listado de esos momentos que quedan para siempre en la retina de lo feliz que he sido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario