Tenemos la ventaja, o no, de conocer nuestro futuro en los viejos a los que queremos, porque conforme te acercas a esos paisajes te das cuenta de las escenas que nos esperan y suspiras por quedar encuadrado entre aquéllos que transitan esos espacios con la calma de los tiempos dulces en los que el pasado, enorme, se merienda a un futuro cada vez más pequeñillo.
La vida, sin embargo, es azarosa. Te llevará por donde quiera y todas tus coherencias, las expectativas, el sueño de lo quisieras ser se verá desarbolado por la fuerza y los remolinos con los que llegue la marea.
Sólo podemos hacer lo que mejor sabemos. Vivir ahora con todo el corazón posible.
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