Los bienqueda hay que mantenerlos a distancia.
Son personas falsamente positivas que nunca cumplen su palabra. Conozco a alguno que llega a rozar los límites de lo ridículo.
—Allí estaré, Salva.
Nunca aparece. Ni siquiera se preocupa en excusarse.
Son los que prometen que van a ayudarte con esto y con lo otro, los que programan viajes a sitios 'que te van a encantar', los que aseguran que solucionarán esto y aquello.
Para mí la palabra dada no hay que firmarla con sangre, cuando se da, se da.
Si digo que voy a ir, voy, o explico por qué no iré.
Si me comprometo a echarte un cable, te lo hecho, mal que me pese.
Son los que, un día te das cuenta, han venido 27 veces a tu casa y no han ofrecido, de corazón, nunca la suya.
—La próxima vez, en la mía —te dicen, con la boca pequeña.
Tal vez nacieron programados para alegrar los oídos y se ufanan de ir por la vida repartiendo sonrisas falsas. Son los que, en el fondo, chupan tu energía para conseguir lo que quieren ofreciendo a cambio promesas que saben que nunca cumplirán.
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