Quizás porque es el período en el que están yéndose o necesitan de nuestros cuidados, el caso es que toca hacer repaso a sus trayectorias e identificar cuánto de sus proyectos o frustraciones han acabado por marcar nuestras existencias.
Cada generación examina a la anterior bajo el prisma de su presente, algo que es sano siempre que sepamos empatizar con las circunstancias que a ellos les tocaron vivir.
Ya vendrá el día en el que nos juzguen a nosotros. Para entonces, pediremos clemencia. Diremos que no tuvimos todas las herramientas para saber vivir.
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