Disfruto y sufro siendo otro.
El buen lector sabe que eso es así y es buen lector por eso, por el bien que hace ese transcender a la propia realidad para sumergirte en otra en la que tú, de forma directa, no tienes nada que ver.
Si quien lee ficción aprecia ese regalo, cuánto más no lo disfrutamos quienes nos dedicamos a inventar mundos nuevos.
Al final de una historia, sea escrita o leída, todo se cierra. Vuelves a tu yo terrenal e integras, para siempre, ese viaje, de tantas hojas, en otra piel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario