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salvador-navarro.com

jueves, octubre 30, 2025

Merengue

Hay lágrimas que no imaginas que puedan llegar de golpe, pero ayer aparecieron.

Apagué luces para ver el funeral de las víctimas de la DANA y la atmósfera de dolor se apoderó de mi salón, acariciando el clímax de tristeza cuando Naiara cantó el amor por su marido muerto, Slim, un inmigrante a quien conoció en Mallorca, venido de Túnez, y al que llevó a su tierra valenciana cuando se casaron.

Con quien compartía su vida desde hacía 25 años.

Narró cómo esa maldita noche llegó con sus hijos a casa y allí no estaba Slim, cómo atravesó todos los terrores hasta recibir la terrible noticia de que ya nunca más lo vería con vida.

Habló entonces de un pastel que hizo su marido unos días antes. Naiara tomó el merengue que lo coronaba y lo guardó en el congelador. Incapaz de comerlo, incapaz de tirarlo.

Así quedaron tantas vidas: como un merengue en el congelador.


Sillón

Para mí la felicidad son las mañanas de sábado sentado en mi sillón del piso del Algarve componiendo historias, con el pie de Fran buscando caricias de mis manos.

Ese placer del tiempo detenido, de no necesitar nada, de congraciarse con uno mismo.

El mayor grado de madurez de un ser humano radica en no conocer el aburrimiento, en saber sacarle partido a esos grandes ratos en los que el mundo no nos demanda nada.

Siento que mientras nuestro bienestar mental venga dado por rutinas que no se miden en dinero, estamos salvados.

domingo, octubre 26, 2025

Llorar

No solo tenemos el íntimo derecho a llorar nuestros dolores, sino que pocas actividades me parecen más sanas para calmar al frágil individuo que habita en nosotros.

A lo que no tenemos derecho es a llorar todo el tiempo. Y cuando hablo de llorar, me refiero también a la queja y al lamento.

Porque nuestro desconsuelo, cuando se prolonga, lo embadurna todo de tristeza y parálisis; esa hiedra lo agarra todo por las piernas, las nuestras y las de quienes nos quieren.

Yo comparto trabajo con gente a la que no le he escuchado en meses otra cosa que lamentos. Y, aseguro, que esas personas perjudican seriamente, no solo mi productividad, sino mi salud mental.

Barcelona

Cuando hago repaso a mi vida viajera, encuentro con facilidad el instante que más me impresionó.

Ayudaba que yo era un crío, que apenas había salido de Sevilla, que iba con una ilusión tremenda a participar en mis primeros campeonatos de España de remo.

Fue mi entrada en Barcelona. Cómo la avenida Diagonal abría aquella ciudad enorme en dos a nuestro paso. Tanta belleza, tanta gente, tanto coche, ¡tantas historias!

Asomado a la ventana de mi autobús, camino de Girona, me quedé impactado por la potencia de un lugar que no podía imaginar, por entonces, que visitaría tantas veces cuando me hiciera mayor.

Linkedin

Las redes sociales suelen servir para alimentar el ego, pero hay algunas, como LinkedIn, donde este puede alcanzar cotas de narcisismo.

Entiendo su utilidad para la búsqueda de empleo o para tratar de generar contactos en tu mismo nicho profesional, lo que ocurre es que el ser humano es víctima de su propia petulancia y la aplicación se convierte en una auténtica hoguera de las vanidades.

Llena de frases grandilocuentes para presumir de cada proyecto, de verbos excesivos para declarar tu amor por la empresa, de descripciones más que trabajadas de puestos directivos para hacer ver al mundo tu valía.

Los 'I'm excited to share this with you' lo inundan todo y yo, honestamente, no me 'excito' tanto con el día a día de mi empresa, por mucho que sea el primer interesado en que nos vayan las cosas bien.

Guapo

Cuando una persona ha sido rabiosamente guapa en su juventud, ya tiene anticipada la condena de 'en lo que se ha convertido' en cuanto la vida empiece a trazar los primeros signos de decadencia.

Por eso es tan complejo nacer guapo: quienes lo hacen reciben recompensas y castigos injustos solo por serlo.

Porque sí, la belleza abre puertas a quien la posee, pero si se abusa de ello puede que llegue el punto en que se cierren en las narices por no haber comprendido que lo que realmente da fuerza con el paso del tiempo no se maquilla en ningún espejo.

Familias

Es muy sano que en las familias convivan distintas sensibilidades políticas, porque por muy convencido que uno esté de sus creencias, es más fácil escuchar los argumentos del que piensa diferente cuando es un hermano, un padre o un hijo.

Cuando es así es más complicado lanzar insultos al otro.

En estos tiempos de barricadas falta mucho la charla sana para entender las razones en el otro. 

Si a ese otro lo quieres, los decibelios bajan.

jueves, octubre 23, 2025

Timbrazo

Concentradísimo en mi trabajo, sonó el timbre del portal. No una, ni dos, sino cinco veces y durante largo tiempo.

Llegué al telefonillo con toda la rabia que surge cuando ataca la mala educación. Y con la frase de cabreo bien preparada.

—¿Quién es? —pregunté.

Entonces escuché la voz de una anciana, medio asfixiada, preguntando por un tal Antonio.

La ira se me fue a los pies.

—En mi piso no vive, señora, pero le abro.

Nunca podemos asegurar con quién vamos a tropezar.

miércoles, octubre 22, 2025

Speech

Uno de mi equipo tenía que presentar un trabajo a un jefazo.

Me pidió revisar el dosier con él antes del día D, así que me planté en su despacho.

Abrió su powerpoint y comenzó a explicarme el detalle, pero lo interrumpí.

—Piensa que soy él y mírame a los ojos.

Descolocado, volvió a empezar. De nuevo lo interrumpí.

—Olvídate del ordenador, cuéntame en dos frases qué quieres contarle.

Incómodo, empezó a hablar.

—No digas —le dije— lo que vas a intentar hacer. ¡Vas a hacerlo, sin dudas!

Recomenzó de nuevo.

—Habla bien de todos los que nombras. Dile que va a ser un éxito tu proyecto. Aclárale que todos han dado su acuerdo a este dosier. Evítale las preguntas grandes.

Me volvió a repetir la entradilla.

—Ahora sí, ahora ya me puedes enseñar lo que has preparado.

Pablo

Hace unas semanas fui a una boda. 

De las que más me gustan, de esas donde no hay compromiso, sino muchas ganas de ir.

Allí me encontré con un antiguo compañero de trabajo al que aprecio muchísimo. Nos pusimos al día, nos presentamos a nuestros amigos, echamos un buen rato.

Al día siguiente, me envió un mensaje que justificaba la boda en sí:

'¡Qué bien lo pasamos ayer, Salva, a ver si nos vemos más!, me encantan los momentos contigo, me divierten pero a la vez me dan paz...'

Hay instantes en que a uno se le derrite el corazón.

martes, octubre 21, 2025

Vacío

A Fran le encantan los inventos y el último que ha descubierto es una máquina para envasar al vacío.

Así que coge toda la comida que sobra tras preparar una cena y la mete en esos plásticos para extraerles el aire. Embutidos, quesos, carnes... todo está amenazado de pasar por la maquinita.

No hay más que verlo para entender la palabra disfrute.

Lo malo, o lo bueno, es que cuando ataca el hambre a media mañana y abro la nevera para pecar me encuentro todas las tentaciones tan bien ordenadas y encerradas en su burbuja que cierro el frigorífico y me tomo un vaso de agua.

Cualquier día me envasa al vacío a mí. 

Dice que así duraré eterno.

sábado, octubre 18, 2025

Libertad

A veces me planteo qué grado de libertad tiene una persona para no estar todo el día malhumorado.

Cuánto de su malhumor no ha nacido con él.

Ocurre, al revés, cuando alguien alaba determinada cualidad en mí, ¿hasta qué punto tengo mérito yo y no me venía dado?

Mi esperanza es que haya mucho de nosotros en ser quienes somos, aunque tengo medianamente claro que no todos nacemos con las mismas herramientas para construir un proyecto de vida sano.

Es fácil decir que alguien es un amargado, sin molestarnos en averiguar qué hay de irreversible en su amargura.

Culito

Ya de pequeño mis hermanas se reían de mí porque me dejaba la yema del huevo para el final. Cuando todos habían terminado de comer, yo empezaba a mojar mi trocito de pan.

A día de hoy veo las mismas caras, más disimuladas, en mis amigos a la hora de llegar al postre. Sé retener mi copa de vino y reservar el último sorbo para disfrutar de la tarta de queso o el tiramisú, en esos momentos finales del convite en el que ya nadie se atreve a proponer otra botella.

Miran de reojo mi copa y se dicen 'qué coraje'.

Soy especialista en estirar el placer hasta el final.

Vivienda

Entre la gente que conozco con dinero el denominador común es su inversión en vivienda.

Acumular pisos para vivir con tranquilidad.

Esa espiral lleva a que, al ser una opción apetitosa para ganar capital, el precio de los alojamientos suba, con lo cual más atractivo se hace meter los ahorros ahí.

Nadie es un villano por hacerse con más propiedades, villano es el sistema que lo hace apetitoso.

¡Hay que romper esa dinámica!

Porque el que realmente necesita un sitio para vivir se encuentra en un mercado hiperventilado por la ambición de gente que no los necesita.

Nosotros tenemos un piso en Sevilla y un apartamento en Conil. Estaría más que de acuerdo en que me subieran los impuestos por la segunda vivienda. Y que me frieran a impuestos si me comprara una tercera. Y me metieran más caña por una posible cuarta. ¡No digo ya a partir de diez, de veinte o de cien!

Me parece lógico que quien tenga dinero lo quiera mover para que no se lo coma la inflación, pero que lo hagan con un elemento de primera necesidad es condenar a muchos compatriotas a vivir en la miseria.

¡Compren oro!

miércoles, octubre 15, 2025

Narcolanchas

El gran payaso-emperador que cree gobernar el mundo ha decidido hacer juicios sumarísimos tomando una Coca-Cola en sus campos de golf de Florida.

Ni siquiera eso: ha dado libertad a los suyos para asesinar sin mayor prueba que su palabra lo que es igual a menos cero a presuntos delincuentes en supuestas narcolanchas que no tienen derecho a defenderse.

¿Hacia eso vamos? ¿Quieren naturalizar el crimen de estado? ¿Anestesiarnos ante las barbaridades cometidas por el abuso de poder?

Si se equivocan, serán daños colaterales. Si aciertan, se habrán desecho de personas que tienen derecho, qué menos, a una defensa.

Estamos en los tiempos de los matones y mejor no destacar: te aporrean.

María Dolores Pradera

De adolescente me refugié mucho en la música. 

Conseguí que mis padres me regalaran un tocadiscos casi de juguete y empecé a coleccionar vinilos de Mecano, Tracy Chapman o Everything But The Girl.

Al ser un chaval muy metido para dentro, pasaba muchas noches de sábado con mis padres viendo esos programas musicales donde siempre, antes o después, aparecía María Dolores Pradera.

—Otra vez la pesada esta —protestaba yo, ansioso por escuchar a mis grupos preferidos.

El otro día, conduciendo de vuelta desde Conil, la pusieron en la radio. Una canción preciosa, y de golpe, con cuarenta años de retraso, sentí remordimiento por mis comentarios de entonces.

¡Me puse hasta colorado!

Felicia

—Eres la primera persona que se dirige a mí con buen humor en todo lo que va de mañana —me dijo Felicia, una compañera rumana, cuando empezamos nuestra videoconferencia.

De inmediato miré la hora en el ordenador, las 12:15 del mediodía. Comenzando la jornada a las 7:00 y siendo una hora menos en su país, esa mujer llevaba soportando malos humos durante más de seis horas.

Las empresas no son conscientes de lo productivo que uno se vuelve cuando el personal trabaja con espíritu colaborativo hacia los demás. Se concentran en resultados que se miden en euros, cuando el rendimiento habría que medirlo por el sentimiento de bienestar laboral, fácil de medir a partir de encuestas.

Una compañía que tenga bien estructurada su línea de negocio debe preocuparse ante todo por asegurar un entorno de respeto y colaboración, clave primera y última para conseguir grandes metas.

Los caracuernos son el veneno de cualquier organización.


martes, octubre 14, 2025

Molestar

—A mí no me molestas nunca.

Es un recurso al que suelo acudir cuando alguien me interrumpe en el trabajo. Una manera elegante de evitar las disculpas e ir al grano de lo que se me quiera consultar.

A la gente que no me conoce suele descolocarle, pero está dicho con espíritu sincero, cuando llegan a mí con la manida frase de 'perdona que te moleste, Salva'.

Cuando uno trabaja en equipo debe comprender que la solidaridad es una de las bases de una empresa, sea del tamaño que sea.

Lo preocupante es cuando el aguafiestas que me tiene hasta el gorro viene de nuevo a mí.

—Salva, disculpa si te incordio una vez más.

—¿Qué (diantres) quieres?

lunes, octubre 13, 2025

Prensa

Habituado a leer el ABC de Sevilla desde pequeño, porque no había otro periódico en casa, cuando llegó a las cabeceras el Diario de Sevilla pensé que aumentaría el espectro ideológico en la prensa de mi ciudad. Nada que ver con la realidad.

La prensa local de nuestras ciudades está en manos de empresas que, en su inmensa mayoría, defienden una línea editorial propia de la patronal, e inundada de localismos que adormecen el espíritu crítico de sus lectores.

En la de mi ciudad te atiborran de imágenes de cofradías todo el año y dan más importancia al nombramiento del hermano mayor de una hermandad que a un sevillano que haya registrado una patente en la universidad de Harvard.

¡Y hay tantos paisanos brillantísimos en el terreno de la ciencia, de la investigación, del emprendimiento, de las artes!

No. Prefieren hablar de Jose Manuel Soto.

Religión, toros y fútbol, con unas columnas de opinión en las que transmiten que las ideas progresistas van contra la esencia de una ciudad que no necesita vigilantes de lo que es o no auténtico.

Somos legión los sevillanos que aborrecemos tanto falso purismo. Nuestra ciudad es más grande que todo eso y se hace más válida cuanto más diversa. La machadiana, la de Cernuda, la de Aleixandre, la de Velázquez, la de Chaves Nogales, la de Mañara, la de Blanco White, la de Fernán Caballero, la de Alberto Lista, la de Bécquer. 

Nuestra época más brillante coincide con el período en que fuimos el puerto de conexión entre Europa y América, felizmente invadidos por gentes de otros mundos. ¡Que se abran las puertas!

Nos salva cierta prensa nacional que sí se atreve a tratarnos como adultos, donde la religión, el fútbol o los toros tienen el espacio limitado que le corresponde a una sociedad culta como la española.

Confianza

La confianza, que se pierde en un abrir y cerrar de ojos, es laboriosa de recuperar.

Lo que ha ocurrido con las mamografías en la sanidad andaluza ha roto muchas certidumbres y algo más profundo: la tranquilidad de creer que el sistema velaba por nosotros. 

¿Nadie en toda la estructura jerárquica se planteó que no se estaba informando a las mujeres con pronósticos dudosos?

Ya todos dudaremos de nuestros cribados, de futuros diagnósticos, de plazos que sospecharemos que no son los que merecemos.

Soy un convencido defensor de la sanidad pública, pero en las dos situaciones graves a las que me he enfrentado en los últimos años he tenido que tirar de familiares y amigos para poder acelerar intervenciones en las que se me iba la vida. No quiero pensar qué habría pasado de haber tenido que esperar a que me llamasen.

Hace año y medio que espero que me citen para un TAC.

De nuestros dirigentes esperamos, al menos, que respeten nuestra dignidad.

viernes, octubre 10, 2025

Pulgar

Recuerdo el pulgar de mi madre. Muy pequeño.

En una mujer esbelta como era ella, sorprendía esa peculiaridad que mi hermana Mónica heredó . Cuando, sin querer, observo a mi hermana comer y se me van los ojos a sus manos, vuelve como una explosión el recuerdo de mi madre.

Si su dedo sobrevivió en su hija, cuánto más y más profundo no habrá de ella en nosotros.

jueves, octubre 09, 2025

Claret

Sé que muchos de mis amiguillos de entonces estuvieron allí en su salsa, pero a mí no me vino nada bien estudiar en el Claret, un colegio de curas de mucho renombre en Sevilla.

No tanto por la calidad de la enseñanza, sino porque a mí me hubiera venido mucho mejor un ambiente más acorde con el espíritu de apertura de la transición y no un centro tan poco dado a abrir la mente con ideas venidas de fuera. Recuerdo a mis compañeros celebrar el golpe de Tejero y abominar de la llegada al poder de la izquierda. Pero no solo eso, era un ambiente hostil para un chaval que comenzaba a entender su homosexualidad, que sufría la enfermedad grave de una madre, que dudaba de su fe. 

Cuando anuncié que no haría la confirmación me apartaron como a un apestado. En los tiempos reservados a prepararla, horas lectivas, me expulsaban al patio, pese a ser uno de los alumnos más brillantes de mi curso.

Fran me lo dice, entre bromas, a menudo. 

¡Qué daño me ha hecho el Claret! 

Sí. Daño a él. Porque cuando pude abrir las alas me las tuvieron atadas con cordeles, en esa época adolescente que nunca volverá. De ahí que arrastre desde entonces pudores, miedos y conflictos que debí airear en su momento.

La otra noche, tras un comentario mío en el que me afloraban esas taras emocionales, Fran soltó.

Si es que somos del Claret.

Yo le miré raro.

Del Claret soy yo reivindiqué.

Él, conmigo ya 22 años, me miró con guasa:

No, Borete. Ya somos los dos del Claret.

martes, octubre 07, 2025

Snoopy

Hay una viñeta de Snoopy a la que recurro con frecuencia.

En ella Charlie le comenta, atormentado, que todos nos tenemos que morir algún día, a lo que el perrillo responde que sí, pero que el resto de días no.

Yo me lo aplico de tanto en tanto, cuando intuyo que lo negro intenta apoderarse de mí.

No nos morimos a diario.

Pomodoro

No hice sino hablarle del 'pomodoro' a Fran para tenerlo pocos días después encima de mi mesa.

Dicen que fue el invento de un estudiante italiano que no conseguía concentrarse para estudiar. El chaval tomó un reloj con forma de tomate que su madre usaba para la cocina y con él se impuso tiempos para no despegar la cabeza de los apuntes.

Desde que me lo regaló, he tardado en hacerme a él, pero ahora me resulta imprescindible. 

Ya se puede caer el cielo sobre la tierra, que cuando he marcado 30 minutos de concentración para contestar emails del trabajo, escribir mi próxima novela —o componer estos pequeños textos sin trascendencia— no hay quien me saque de mi mundo.

Estos tiempos nos bombardean con demasiados estímulos, que nos hacen estar en mil sitios menos donde estamos.

Documentales

Me encantaría producir documentales.

¡Se me ocurren tantos temas! ¡Tantos personajes! ¡Tantas historias por ordenar!

Vivimos en un mundo acelerado, vivo en un mundo interior acelerado al que quiero poner freno. Tener tiempo para colocarme delante de un corcho y elegir un mapa, una documentación, gente a la que entrevistar, música de fondo, un guion estructurado para contarte a ti acerca de este mundo tremebundo y maravilloso en el que nos plantaron.

¿Llegará el día en el que pueda hacerlo?

sábado, octubre 04, 2025

Gavalda

Yo iba a la Contrescarpe los domingos al mediodía.

Una placita en pleno barrio latino de París, muy cerca de mi casa.

Iba los domingos con los ejemplares de las novelas de Anna Gavalda, porque en una entrevista leí que la autora francesa solía ir allí ese día de la semana a tomarse el vermú.

A pocos días de llegar a vivir a Francia le pedí a una chica, en una fiesta, que me escribiera en una servilleta lo imprescindible de literatura y música que no podía dejar escapar.

La primera de la lista era la Gavalda, ante cuyos libros caí rendido.

Nunca apareció por allí, pero... Yo sí sé que lo intenté.

Telediario

Los días de trabajo en que como en casa me puedo permitir una pequeña siestecita, con despertador, mientras suena el telediario. De tal forma que mis sueños, tan reales, se contaminan de la actualidad informativa, y así aparezco agotado cuando suena la alarma.

He aprovechado ese tiempo de descanso para excavar túneles enormes para reconducir las aguas torrenciales y evitar que otra DANA se lleve por delante a los pueblos valencianos, me he dedicado a destruir drones rusos con un tirachinas mastodóntico o he viajado a Gaza para preparar grandes potajes a chavales desesperados.

El sonido del teléfono me recuerda, sin piedad, que no he hecho nada más que dormir.

Fidelizar

Salvo excepciones, no hay personal más antipático que el del bar de un aeropuerto.

No hace falta razonar mucho para entender por qué: allí no hay que fidelizar al cliente.

Es así de triste, a veces, el ser humano. Cómo no tengo nada que ganar contigo, porque no voy a volver a verte, me da igual servirte el café frío y con cara de cuerno.

Me gustaría pensar que no tengo razón, que no nos movemos siempre por el interés, que somos capaces de sonreír sin esperar nada a cambio, que es posible ayudar por el simple placer de hacerlo.

Pero llego al aeropuerto, me pido un café y me reafirmo en que somos egoístas.

Marruecos

Esta semana he trabajado en un Marruecos que hierve por la movilización juvenil contra un estado que sienten lejano.

Sé de primera mano lo que gana un joven en la industria, en torno a los 300 euros al mes. Sé, porque acabo de llegar de allí, que los precios no tienen piedad con esos sueldos.

Sin embargo, es un país que crece y puedo decir, porque también me consta, que los cuadros directivos marroquíes de empresas como la mía cobran 4000 euros mensuales.

¿Cómo es posible tanta desigualdad?

Soy un enamorado de esa tierra, un lugar que tiene todo lo necesario para progresar: recursos naturales, mucha gente joven, infraestructuras en crecimiento, un clima maravilloso y una ciudadanía acogedora.

Lo dicen en las manifestaciones juveniles: '¡No queremos estudiar para emigrar!'.

Ojalá la comunidad internacional los ayude a liberarse de ese régimen feudal que les obliga a mirar el horizonte desde la orilla.

viernes, octubre 03, 2025

Flotilla

No sería yo si no escribiera lo que pienso y lo que pienso es que la indignación me corre por las venas cuando escucho a políticos mofarse de voluntarios que se embarcan, desarmados, en veleros llenos de alimentos y medicinas para tratar de llegar a las costas de una tierra asolada por la masacre y la hambruna.

¿Qué catadura moral se puede tener para mofarse de gente así?

Sí, esos voluntarios eran conscientes de que Israel no les dejaría completar su misión, pero en los tiempos que corren que una parte de la sociedad civil se movilice para poner encima de la mesa un problema de primer orden para la humanidad merecería todos los aplausos, desde cualquier ámbito político.

El infierno en la tierra lo tenemos al otro lado del Mediterráneo.

Y hay quien se burla de los que se complican la vida por ayudar.