No tiene por qué ser una novela o un texto, puede ser una tortilla de aguacates.
Queremos abarcar tanto que, a veces, olvidamos lo que tenemos entre manos, cuando lo que nos ocupa debe ser lo más importante siempre.
No sé cómo se llamará esa corriente filosófica o vital, que seguro que existe, pero no hay nada como poner todos los sentidos en lo que te traes entre manos. Disfrutarlo. Ralentizarlo. Regodearte en ello.
Cuántos paseos por la playa no habremos desperdiciado mirando el móvil.
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