Venía a cuento, porque estaba pensando en la fuerza de lo irracional. En el poder de lo que no tiene lógica. Vivía una escena absurda y decidí que tenía que escribirla, escribir cuántas veces nos mueve lo que no tiene sentido.
Y ¿qué más absurdo que en mi sueño me diga a mí mismo que escriba un post?
Hay una película de Di Caprio, Origen, que me maravilló, acerca de las distintas capas de nuestros sueños. Cómo podemos llegar a analizar esa vida subconsciente estando dentro de ella.
Esta noche me desperté varias veces, angustiado, porque el portátil de empresa se me había estropeado. Todo me llevaba al trabajo, a antiguos compañeros, a tareas sin terminar, a objetivos sin conseguir.
De golpe, apareció un elefante, sonriente, y se me sentó a mi lado. Los dos mirábamos el ordenador roto y nos reíamos. El elefante quiso echarme la pierna por el hombro, tal vez para consolarme, y casi me aplasta en el intento.
Fue entonces cuando me dije, Bore, esto tienes que meterlo en un texto.
El elefante se fue, el ordenador desapareció y yo me desperté con la idea de escribirme acerca del poder de lo irracional.
¡Qué no habrá en nuestras cabezas!
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