Nos vemos menos de lo que quisiéramos porque vivimos a mil kilómetros de distancia.
Este pasado verano he salido de cervezas varios días con él, he cenado en su casa y hemos reído mucho.
-Salva, me han ofrecido un contrato espectacular en el Teatro de la Ópera de San Francisco.
Le brillaban los ojos. Incluso a él, acostumbrado a tocar en solitario en los grandes teatros de medio mundo. Tan pronto está en Sidney como en Buenos Aires. Un orgullo de amigo.
-Pero he dicho que no.
Su padre con una grave enfermedad y su única hermana, discapacitada, le hacen decir que no.
La vida, a veces, se muestra así de extrema. Te pone a prueba. Llegas justo donde querías llegar, te abre las puertas del Olimpo, para al mismo tiempo decirte que no, que te debes a la sangre, a la tierra.
En situaciones así lo máximo que puedes hacer es sonreírle, felicitarle por la gran oferta y decirle que comprenderás la decisión que tome. ¡Me acuerdo tantas veces de él!
Qué raro es vivir.
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