Mis muchos años trabajando en una multinacional me dan criterio para opinar sobre la mejor forma de gestionar un equipo, aplicable a cualquier faceta de la vida en la que haya un grupo humano.
Hay dos métodos principales de gestión: basados en los resultados o en las personas.
El directivo que se mueve por resultados piensa que, al conseguirlos, todo rodará. La empresa recompensará los esfuerzos. Suelen ser equipos muy dinámicos y competitivos.
El que se mueve con el foco en las personas tiende a ser más lento en conseguir los objetivos, pero triunfa a largo plazo, porque coloca la motivación como eje principal del trabajo.
Yo he conocido los dos tipos de ejecutivos. El primero acaba, a la larga, achicharrando al personal, a quien ha enseñado a ser, por encima de todo, individualista. El segundo es el de la adhesión inquebrantable, el jefe al que siempre recordarás.
A veces, más veces de la cuenta, olvidamos que todo proyecto tiene al ser humano en el centro.
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