Que sepáis que presumo de vosotros, de quienes reseñáis mis novelas, de los que compartís mis textos, de quienes los comentáis, les ponéis un corazón o, simplemente, los leéis.
La otra tarde, antes de empezar una entrevista, la periodista me preguntaba cómo había conseguido tanta fidelidad de mis lectores y yo le explicaba lo que considero que es una clave en esta comunión con vosotros: la coherencia.
Soy lo que veis, sabéis de qué pie cojeo, las actitudes que me irritan y las cualidades que me enamoran. Así, día tras día, he conseguido establecer un nexo de unión que me hace sentir muy orgulloso de teneros, porque vibráis en ondas muy parecidas a las mías, porque nos damos, así lo siento, amor en las dos direcciones.
Son muchos los que pasan y no se quedan, lo sé, por eso aprecio tanto vuestra fidelidad y presumo, cada día más, de la gente tan interesante que he conseguido reunir en torno a mi mesa-camilla.
Hay sitio para todos.
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