Cuando llegas a casa y se te viene la imagen de ess oportunidad perdida para comentar eso que llevas rumiando desde hace tiempo.
Lo peor es que aumenta con la edad, ese despiste de dejar escapar oportunidades pintadas para contar aquello que tenía todo su sentido contar en ese preciso momento.
Vas al baño, te lavas los dientes y le recriminar a tu imagen en el espejo.
—Volví a no decirle lo bien que me lo paso con ella.
Y lo que se deja pasar... ya no vuelve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario