Es fundamental que las ambiciones, grandes, escasas o inexistentes, estén en niveles parecidos en una pareja. Así, ni uno frena al otro, ni el otro vive acelerado en torbellinos en los que no hubiera querido meterse.
Muy raramente el amor obra milagros y he llegado a ver relaciones felices por las que no aposté un duro en su momento. Historias en las que uno frenó y el otro aceleró.
No hay mayor verdad que en el amor hay que ceder, siempre, cuando se quiere de verdad.
Tan cierto como que no vale llevar a quien amas con la lengua siempre fuera.
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