Tras mucho tiempo sin verla, me atreví a preguntarle si tenía alguna nueva historia en ciernes.
—¡Cómo voy a tener ninguna historia, Salva! Si yo estoy enamorada de mi marido.
A mí, su respuesta, me provocó un revoltijo de emociones, en los primeros segundos pensé 'a esta mujer se le ha ido la cabeza', porque había un punto de irracionalidad al confesar seguir enamorada de un hombre que ya no existía.
¿O no?
¿Cómo vamos a llenar un corazón que no se ha vaciado?
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