Lo que sí que no imaginé fue la fuerza con la que se me devolvió ese halago sencillo y sincero.
—He estado celebrando con mis padres y con mi mujer las palabras que me dedicaste el otro día. Está toda la familia feliz.
Son las cosas que la universidad de la Vida te enseña, la potencia imparable del agradecer.
Quien más salió ganando fui yo.
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