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jueves, julio 13, 2023

Izquierdas

Ser joven y no ser de izquierdas es una contradicción biológica.

No sé quién dijo esta frase, pero no puedo estar más de acuerdo. Si estás naciendo al mundo y no quieres cambiarlo, es que no tienes sangre en las venas.

Yo quiero ser joven por siempre.

Me muevo, mucho, entre gente de derechas, a las que quiero. A las que respeto. A las que escucho. 

Tengo, de hecho, todo para ser conservador. Fundamentalmente un buen sueldo, porque, no nos engañemos, la gráfica está clara. Cuanto más dinero se tiene, más a la derecha se vota. Es científico, no hay más que ver los mapas de los barrios de nuestro país. Cuanto más alta es la renta, más es azul su voto, e incluso verde oscuro. El ser humano es así. A mí, lo mío, que no me lo toquen. Conservar, se dice, conservador, se califica. Conservar.

Ser de izquierdas no es venderlo todo para dárselo a los pobres. Eso es de santos. Ser de izquierdas es querer pagar impuestos de acuerdo a tu nivel económico para que se redistribuya. Tan fácil como eso.

Yo no me voy a ir de España si gana la derecha. 

No. 

La democracia es esto, admitir que gobierne quien decida el pueblo, pese a que duela. 

No voy a caer en la trampa en la que nos quieren meter: 'votar por izquierdas o por España'. España somos todos. Y siempre lucharé, aunque esté en minoría, por la distribución de la riqueza, por la justicia social, por la protección del débil, del diferente, por no discriminar a nadie por su orientación sexual, ni por su raza, ni querré que a nadie se le juzgue por querer morir con dignidad, por abortar, por querer ser independiente. Ninguna de las leyes sociales, ninguna, las ha aprobado un gobierno de derechas. 

Me da una pena que me atormenta el pensar en ver a franquistas en el futuro gobierno. Sí, franquistas, racistas, homófobos, xenófobos, machistas, negacionistas. ¡Paletos! Llamemos a las cosas por su nombre. Tienen nombres y apellidos. Están en los parlamentos, en los ayuntamientos. Estarán en el gobierno de España si no los paramos.

Pienso en las lágrimas de mi madre, joven, viendo nacer la democracia y se me hace un nudo en la garganta imaginar que ella pudiera ver en lo que nos hemos convertido.

Quiero ser siempre joven, quiero un país ilustrado, moderno, empático, de colores, solidario, bien avenido, justo, vanguardista, culto.

Ésa es mi España, mi amada España, la de García Lorca, la de Cernuda, la de Machado.

Vienen tiempos feos, para mí. Para muchos.

Y me muero de la pena.

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