Dicen varios estudios científicos que es más difícil detectar los síntomas de insuficiencia cardíaca en una mujer que en un hombre. La razón es clara: siempre se ha estudiado el cuerpo masculino para la investigación.
Siempre el hombre como medida de todas las cosas, la mujer se ha acostumbrado a vivir a un mundo concebido desde la mirada de sesudos señores.
Apartadas durante siglos de los círculos de decisión, de las aulas, de la capacidad de voto, de la independencia necesaria, ahora más que nunca esperamos de ellas, de vosotras, que copáis laboratorios de investigación, universidades y hospitales, un mundo más femenino.
Falta nos hace.
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