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domingo, agosto 31, 2025

Mendonça

Tomé un taxi para pocos kilómetros en el Algarve y, en cuanto me senté, me enamoró la música que sonaba.

Tenía la oportunidad de preguntar si era una cantante brasileña o quedarme callado.

De haber estado en silencio, el tipo, un emigrante de Sao Paulo, no me habría contado que quien cantaba había tenido una vida dramática que trasvasaba a sus canciones.

—Hazle una foto a la pantalla del coche —insistió.

De no haberme interesado no habría escuchado la historia de Marilia Mendonça, ni la de Cassia Eller, otra cantante desgarradora. 

Si no hubiese preguntado no habría visto la emoción nostálgica en sus ojos a través del retrovisor.

Molestar

A Fran le molesta dormir con la puerta corredera del armario de la habitación abierta.

—Porfa, ciérrala.

Basta con que haya una mínima abertura, él la quiere cerrada.

Las noches en que duermo solo, al acostarme, miro el armario. Si no está perfectamente cerrado, me levanto a deslizar la puerta.

Si le molesta a él, me molesta a mí.


sábado, agosto 30, 2025

Mujeres

Dicen varios estudios científicos que es más difícil detectar los síntomas de insuficiencia cardíaca en una mujer que en un hombre. La razón es clara: siempre se ha estudiado el cuerpo masculino para la investigación.

Siempre el hombre como medida de todas las cosas, la mujer se ha acostumbrado a vivir a un mundo concebido desde la mirada de sesudos señores.

Apartadas durante siglos de los círculos de decisión, de las aulas, de la capacidad de voto, de la independencia necesaria, ahora más que nunca esperamos de ellas, de vosotras, que copáis laboratorios de investigación, universidades y hospitales, un mundo más femenino.

Falta nos hace.

viernes, agosto 29, 2025

Olores

Uno llega a una edad en la que es complejo motivarse con el día a día laboral, que te come una energía que querrías reservar para otras cosas.

En estos años en los que tengo tareas directivas más alejadas de las líneas de producción, voy de un lado a otro, me conecto a una conferencia, envío un informe, mantengo reuniones con mi equipo, atiendo a quien me solicita, realizo análisis sesudos sobre temas complejos, siempre buscando la rendija por la que divertirme.

No entiendo la motivación si no hay diversión por medio.

Ayer atravesé una zona de máquinas de la fábrica de Sevilla donde me hice hombre. Esos años en los que me curtí como ingeniero a base de no salir durante todo el día para garantizar la producción. Me llegó el olor concreto a aceites y taladrinas y me dije «yo aquí he sido feliz».

Prohibiciones

En cuestiones de salud lo ideal es que el médico no te prohíba nada, sino que te lo prohíbas tú.

Lo segundo es una victoria personal, lo primero una claudicación.

De ahí que esté bien escucharse, sin obsesiones, llevarse bien con la coraza que nos da la vida.

Viéndolo con ese cariño es natural que nos mimemos como quien cuida un regalo que, ley de vida, acaba doblándose por allí y resquebrajándose por acá.

Lo que sí es cierto es que nuestro cuerpo, con el tiempo, gana en delicadeza. Y va requiriendo ternura.

martes, agosto 26, 2025

Pérgamo

Ya llegamos a Berlín sabiendo que no podríamos visitar una de sus joyas: el museo de Pérgamo.

En período de rehabilitación, que comenzó en 2023, no está previsto que se reinaugure por completo hasta 2037. Así que mi amiga Mariángeles y yo estuvimos bromeando acerca de cómo estaríamos de salud para volver a Berlín por esa fecha, en el caso de que estuviésemos vivos.

Sorprende que un estado como el alemán, tan eficiente en apariencia, necesite 14 años para renovar un museo tan necesario para comprender el pasado de la humanidad. Priva a una generación de jóvenes la oportunidad de integrarlo en su bagaje cultural. 

Tal vez sea un problema muy europeo, buscar la perfección en lugar del pragmatismo.

Yo hacía la reflexión en voz alta mientras paseábamos por los alrededores.

—Si este museo estuviese en China, te lo tendrían remodelado para el viernes.

lunes, agosto 25, 2025

Coimbra

Llegué a un restaurante de Coimbra gracias al consejo de un amigo.

El hecho de ir solo hace que te fijes más en los detalles y allí era fácil perderse, en un local empapelado, literalmente, con mensajes escritos en servilletas.

A mí lado había una pareja de japoneses. Ella ponía cara de susto con cada plato, él, pletórico, señalaba todos los que veía pasar para decir: "ese también lo quiero probar".

No hay dudas de que ese hombre entendía la vida como lo que es. Hay que probar, hay que intentarlo, hay que lanzarse.

No le auguré mucho futuro juntos a los dos.

viernes, agosto 22, 2025

Playa

Me horrorizan las playas llenas de gente, lo que hace que las visite poco o que, cuando lo hago, me pegue caminatas kilométricas por encontrar un hueco en el que pueda oír el sonido del mar y no se me meta en la cabeza las charlas de las toallas que me rodean.

Menos mal que la gente es perezosa por naturaleza y clava la sombrilla en cuanto ven un hueco.

Yo me he reconciliado con el mar a un par de días de acabar las vacaciones. He conseguido una ruta, que no contaré ni bajo tortura, para encontrarme a cien metros de cualquier ser humano viviente. Es tal el placer entonces, del roce con la arena, del arrullo de las olas, del sol tremendo sobre mi cabeza, que tardo en ser consciente de lo placentero de ese privilegio.

¡Que viva la pereza de los demás!

Objetivo

Uno tiene que ser consciente de lo que quiere ser, aunque nunca lo consiga.

Ocurre al escribir una novela. Uno debe tener claro qué quiere contar, dónde quiere llegar, qué quiere transmitir. Luego los personajes, si están bien perfilados, toman alma y vida propia, te toman de la mano y te llevan por caminos insospechados. Una historia es más grande cuanto más han ganado la partida los protagonistas al autor.

Vivir es igual. Es importante saber qué sí y qué no, para trazar un camino coherente. 

Luego vendrá el azar a destrozarlo todo, pero que nos destroce con la sonrisa de quienes vivían convencidos.

Peros

Un ejercicio exigente a la hora de escribir es evitar los peros.

A la hora de hablar, incluso.

Es una coletilla recurrente y facilona, la de matizar a partir de esa conjunción. Es una forma burda de pinchar el globo: exponer algo y reventarlo con un pero.

Nuestras vidas también las construimos así, poco valientes, siempre amparadas por aquello que justifica el que no hagamos las cosas como querríamos hacerlas.

–Iría contigo con los ojos cerrados...

Siempre hay un pero.

Individuo

Es lícito criticar a Rusia o Israel por las masacres cometidas. No es justo criticar a un ruso o a un israelí por serlo, porque nadie elige dónde nace ni qué barrabasadas se cometerán en su nombre.

Cuando miramos a la persona individual hay que pronunciarse en función de sus actos, concretos, por su palabra y su posicionamiento en el mundo.

No son pocas las gentes que han sufrido en sus carnes por tener el pasaporte que tenían.

Vista la evolución humana hacia los infiernos, liderada por ineptos, un día la ultraderecha, mucho me temo, gobernará nuestro país. No permitiré que nadie me llame fascista, bastante tendré con plantarles cara.

miércoles, agosto 20, 2025

Esfuerzo

Cuando una va paseando por la playa y se cruza con un corredor de rostro fatigado, a menudo se pregunta si tiene sentido ese sufrimiento.

Es más cómodo el paseo, sí. Incluso ver el paseo de los demás con una caña en la mano desde un chiringuito.

Todas las opciones son válidas. Faltaría más.

Sin embargo, el del chiringuito se pierde la sensación de logro que supone apagar el cronómetro tras la carrera y sentir la tarea cumplida, esa ducha reparadora del final que te recoloca el cuerpo en tu sitio y, sí, esa cervecita de recompensa por haberlo conseguido un día más.

Admiro a quien se esfuerza.

martes, agosto 19, 2025

Vietnam

El maravilloso día que pasamos en Leipzig lo rematamos con una cena en un restaurante vietnamita.

Si delicioso estaba lo que pidió Fran, más sabroso aun estaba mi plato, con una mezcla de sabores ácidos, dulces y picantes que nos volvieron locos.

El caso es que ese no era el sitio al que queríamos ir, pero el restaurante deseado estaba completo, lo que nos hizo reflexionar el porqué de tanto negocio vietnamita en una ciudad alemana de tamaño medio.

La clave estaba en la historia. La Alemania comunista necesitó trabajadores para su industria y tiró de relaciones diplomáticas, de ahí que vinieran decenas de miles de obreros desde el norte de Vietnam.

Una vez derribado el muro, gran parte de esa industria desapareció por falta de competitividad en el nuevo mundo capitalista. Sin embargo, los asiáticos se reinventaron. Crearon una organización gastronómica en Leipzig y se hicieron fuerte en toda esa zona a base de explotar las delicias de su cocina.

Me encantan estas historias reales que desmontan las milongas fatalistas de quienes ven en el diferente a un invasor.

Vascos

La primera persona vasca que yo conocí, dejando de lado a mi abuela, fue una mujer dulce, de sonrisa permanente, casada con un andaluz seco y mal encarado.

Era un matrimonio amigo de mis padres con cuya familia tuvimos trato todos los largos veranos de nuestra infancia.

Eran esos tiempos negros para Euskadi, en los que cuando decían que alguien era de allí la gente pensaba dónde guardaría la pistola.

Ni la vasca era como las pintaban, ni su marido tenía ningún salero.

Cuando uno nace con un mínimo de ojos abiertos se da cuenta que el criterio sobre las cosas se establece a partir de la experimentación y no de los clichés venenosos con los que de siempre se ha educado a los pueblos.

Es más sencillo cerrar los ojos y que te digan a quién hay que maldecir.

Faro

Recogíamos a un amigo que venía a visitarnos al Algarve y, entrando en Faro, me topé con varios carteles electorales de Chega, el partido hermano de Vox en Portugal.

«Tornar Faro grande outra vez» (Hacer Faro grande de nuevo). Un eslógan al más puro estilo trumpista para las inminentes elecciones municipales.

Al llegar a casa me puse a investigar el pasado de Faro. El reciente y el lejano. No más allá de 1900 apenas era una pequeña ciudad pesquera y agrícola de 10.000 habitantes. A día de hoy roza los 70.000, tiene un aeropuerto internacional con una enorme actividad, una universidad puntera en ciencias marinas, biomedicina, quíimica, artes y comunicación. Su tasa de paro no llega al 5%.

¿Tiene problemas? Seguro. Muchos están relacionados con la gestión de su principal fuente de ingresos, el turismo, que aboca a condiciones difíciles para encontrar vivienda. Sorprende, por otro lado, la cantidad de inmigrantes de origen indio en sus calles, pero son personas que te sirven el café, recogen la basura, ponen los ladrillos de las nuevas construcciones, a pleno sol. Con un nivel de paro al 5%, el Algarve no se podría sostener sin la mano de obra extranjera.

Con todo este panorama, la ultraderecha aboga por un Faro «grande otra vez». ¿A qué juegan? Tal vez quienes los voten lo hagan pensando en cómo de felices eran de pequeños, cuando la vida les abría sus puertas. Votan con las tripas. Les da igual que su voto vaya a un partido racista que quitará recursos a la sanidad pública, que reducirá impuestos a los ricos, que quitará derechos adquiridos, que hará la vida imposible a los inmigrantes.

El voto del amargado de empatía cero hacia su sociedad. Si a mí me va mal, que reviente el sistema.

No hay nada más grave que cuando el pueblo humilde vota contra el pueblo. 

Vengo de un Berlín que tardó décadas en sanar las heridas de políticos que prometieron grandeza sustentada sobre la raza y el odio al extranjero.

lunes, agosto 18, 2025

Siglas

En mi empresa utilizamos tantas siglas y acrónimos que es fácil perderse: CSC, GMF, RCQP, DPU...

Cada una indica, a través de sus iniciales, términos en inglés o francés que hacen referencia a indicadores que miden la calidad, la fiabilidad o cualquier otra característica de nuestros productos o nuestras líneas de producción.

Como soy perro viejo, cuando los jóvenes ingenieros, llegados como pavos reales, empiezan a sentirse más importantes de lo debido, acelerados por demostrar lo buenos que son, me gusta ponerlos a prueba. Aprovecho una de las miles de llamadas que me hacen para introducirles términos que no existen. Les digo si están al tanto que la HRTL está bajando o que la PRTV está subiendo.

Ellos asienten por no reconocer que no tienen ni idea de lo que les estoy hablando y entonces me doy cuenta de su verdadera naturaleza. Venderían a su padre antes de reconocer que están perdidos.

Al que me para y me dice, 'Salva, no me entero de nada', a ese ya lo quiero en mi equipo.

sábado, agosto 16, 2025

Impacto

Desde que llegué de Berlín no dejo de ver documentales para entender cómo el hombre puede ser tan cruel.

Tan retorcido.

Veo uno tras otro reportajes sobre la Segunda Guerra Mundial, la caída del muro, el holocausto nazi o el Tratado de Versalles para buscar algo de una luz que no me termina de llegar.

Lo más complejo es pensar que no somos nadie para criticar otros tiempos mientras permitimos, todos, la tremenda barbaridad que está ocurriendo en Gaza.

No hay perdón para Hitler, nunca. Tampoco para Netanyahu. La historia lo juzgará, nos juzgará, con severidad.

domingo, agosto 10, 2025

Yonqui

El tipo, muy colgado, justo frente a mí, me gritaba, malhumorado, mientras me tomaba un café junto al Spree.

Que el hombre no tuviera cuerpo ni para ponerse en pie, de la cogorza que tenía, y que yo estuviera acompañado por Fran, Mariángeles y Martín, hizo que aguantara el chaparrón sin inmutarme.

Yo apuraba mi magdalena de chocolate antes de empezar nuestra ruta vespertina por Berlín. El hombre volvía a la carga, con los ojos inyectados, en un alemán casi militar. ¿Qué me estaría diciendo?

Cuando las palabras no se entienden, no se nos puede herir.

Niños

Berlín no es una ciudad para niños.

De hecho, de no arrastrar toda la carga emocional que los adultos identificamos en cada rincón, sería una ciudad más. 

Sí, tiene rincones preciosos, pero muchos menos que otras ciudades europeas de su tamaño. Aunque la reconstrucción ha sido brutal y el nuevo urbanismo te muestra una arquitectura innovadora, la guerra la destrozó. 

Para un crío el museo judío que visitamos ayer sería un peñazo, o el Checkpoimt Charlie una casetilla enana en medio de dos calles.

Lo tremendo de Berlín es lo que no se ve.

viernes, agosto 08, 2025

Amanecer

Qué pronto amanece en Berlín.

Al menos, qué rápido lo hace en estos días veraniegos en los que tengo el sueño cambiado de caminar durante horas sin rumbo para reconectar con lo mejor de mí.

Son las cinco de la mañana y ya entra una rendija de luz por entre las cortinas negrísimas de una ciudad hecha de ventanas enormes que ansían una luz que se ofrece escasa.

Qué bonito es buscarse, salir de lo previsto, caminar por el placer de hacerlo. Entre amigos. 

Ahora sé que quedaré dormido, que buscaré el pie de Fran con el mío para contagiarme de su sueño. Tenemos cita en la catedral católica a las 9h.

Qué pronto amanece en Berlín.

jueves, agosto 07, 2025

Redes

Las redes sociales son cada vez más un escaparate del que se ha autoexcluido la gente anónima.

Así venía a titularse un artículo de prensa que me hizo reflexionar.

Lo que empezó, hace quince años, como una oportunidad para el pueblo llano para compartir su día a día, se habría ido convirtiendo en un tablero de juego donde todo está acaparado por grandes empresas, influencers y creadores digitales a los que la gente se dedica a observar.

Cada vez menos participación activa y más observación pasiva.

No hay publicaciones inocentes, todas te quieren llevar a algún lado o venderte algo.

Decía el reportaje que todo se ha pervertido, en un razonamiento pesimista acerca del ser humano: 'todo lo que nace limpio acaba por ensuciarlo'.

Yo sigo en mis trece con las redes desde hace años, abriéndome en canal y relacionándome con personas que vibran en mi misma onda. Sí, mi objetivo último es contar historias, mi ilusión máxima es evolucionar como escritor. Sí, quiero que mis novelas lleguen a ti.

¿Hasta qué punto entro en esa mercantilización que se critica?

Berlín

Como joven curioso que siempre fui, con 22 años cogí un tren y me planté, con mi mochila y un saco de dormir, en un Berlín que acababa de tirar su muro.

¡Había tanta gente! ¡Tanta emoción!

No conseguimos plaza en ningún camping y acabamos durmiendo al raso frente a la Puerta de Brandemburgo, hasta que al amanecer un grupo de policías nos invitó, amablemente, a desaparecer de allí.

Yo atravesaba de un lado a otro por las rendijas abiertas, comparando los dos mundos recién reencontrados, mientras me cruzaba con alemanes del Este, distinguibles por sus indumentarias, caminando con televisores bajo el brazo desde el otro lado de la frontera reventada.

Media vida después vuelve a Berlín aquel joven curioso de entonces, ya hecho un señor con hotel donde dormir, a disfrutar de lo conseguido desde esos tiempos de ensueño.

miércoles, agosto 06, 2025

Felicidad

Siempre me ha apasionado el concepto de la felicidad, tan disperso y tan concreto al mismo tiempo. Todos sabemos a qué nos referimos al nombrar la palabra pero cada uno daría una definición diferente.

Escuchaba una charla de un profesor de filosofía en la que explicaba los resultados de un estudio en el que se listaban las cualidades que debe poseer una persona para sacar el máximo jugo a la felicidad. Terminada la conferencia, las apunté en el móvil para no olvidarlas, porque en su exposición ese catedrático utilizaba argumentos rotundos que me convencían.

Así, un individuo tendrá más oportunidades de ser feliz si es una persona optimista, agradecida, resiliente, decidida, deportista y amigable.

Cuando terminé de anotarlo todo me dije, ¿cuánto de ello se puede trabajar?

Renovables

El mensaje negacionista respecto al cambio climático de Trump y sus secuaces va calando en la sociedad como una medusa que retuerce los conceptos más básicos del sentido común.

No se trata de gente analfabeta, sino de personas con estudios que acaban por comprar que la tierra es plana, que siempre ha habido olas de calor y que las energías renovables son peores que la quema de carbón y el tubo de escape de los coches.

Da igual que la ciencia haya demostrado de forma unánime el efecto nocivo de los gases de efecto invernadero, que han provocado una subida exponencial de la curva de temperaturas medias en el planeta.

De pronto veo gente a la que aprecio compartir textos en redes sociales en los que alimentan teorías de la conspiración y me digo ¿merece la pena explicarles el infierno que seremos si no cambiamos el rumbo?

Viajar

Una de las claves para disfrutar de un viaje es deshacerse de los imprescindibles.

Lo único imprescindible es disfrutar.

Si se deja de ver el interior de una catedral, la sala de un museo o el jardín más famoso del lugar no hay que montar ninguna tragedia. Ya se verá en otra ocasión. O no.

Conocer un lugar no consiste en ir tachando los monumentos de una lista del supermercado, sino palpar el ambiente cotidiano, perderse entre sus gentes, andar sin rumbo para sorprenderte con esa esquina al girarla.

Se viaja para bajar el cortisol, no para subirlo.

Nos ofrecieron un té de cortesía tras el primer almuerzo en Estambul y a mi hermana y a mí nos encantó.

—¿De qué es?

—De manzana —nos sonrió.

Así que el día que visitamos el bazar de las especias, se nos iban los ojos en la zona de las infusiones. Ya por fin nos decidimos y entré en una de las tiendas.

—¿Eso es té? —pregunté, extrañado, al llenarme una bolsa de polvo blanco.

—Sí, quiere que le prepare uno para comprobarlo.

Le dije que no, que confiaba en ella, pero salí de allí pensando que llevaba medio kilo de cocaína. Así que nos llevamos el resto del viaje pensando como meter la bolsa en el avión sin levantar sospechas en el control de pasaportes. Raquel se ofreció a llevarlo y yo, desde Múnich, me interesé en cuanto aterrizaron ella e Iván en el aeropuerto de Sevilla.

—¿Qué tal la mercancía?

—¡A salvo!

domingo, agosto 03, 2025

Estambul

En Estambul, más que en ningún otra ciudad que conozca, se cumple el dicho de que hay que alejarse de la zona turística para conocer el alma de la ciudad. 

Gracias a mis compañeros turcos, conseguimos montar una ruta llena de paseos por lugares que los guiris no conocemos, porque dentro de los paseos habituales no somos para ellos sino una máquina de expender dinero.

La atmósfera en torno al turismo está maleada y es algo ya tan orgánico que será difícil de regenerar.

Las entradas a museos, mezquitas, palacios y monumentos rozan y traspasan el límite de la decencia, en una política cortoplacista de ahogar a la gallina de los huevos de oro. 50 euros Topkapi, Dolmabahçe. 30 euros visitar las Cisternas o Santa Sofía, con recorridos limitados llenos de vallas que no puedes traspasar... Aquello por lo que no preguntas el precio en los restaurantes, como el agua o el pan, se convierten en artículos de lujo en la factura.

Una sensación continua de que te faltan al respeto.

La vieja Estambul no se merece eso. No puede permitirse que la muestren así, que mires hacia todos lados por ver dónde está el siguiente timo. Cuál es el siguiente limpiabotas que va a simular que se le cae el cepillo para hacerte caer en sus redes.

En cuanto nos metimos por las callejuelas de barrios escondidos descubrimos que otra ciudad es posible. Amable, relajada, acogedora.

Nos lo hemos pasado, como siempre, en grande. Pero tardaremos en volver. Algo se ha roto.

Caída

Lo que los alumnos occidentales estudiamos como la Caída de Constantinopla, ocurrida en 1453, cuando las tropas otomanas se hacen con la ciudad bizantina y acaban con siglos de predominio cristiano, para los alumnos turcos la lección histórica se llama la Conquista de Estambul.

El mismo hecho narrado con relatos contrapuestos.

Así es la historia del hombre.

Por eso es bueno viajar, leer, escuchar, reflexionar sobre las realidades que hemos heredado, tratando de obviar el lugar en el que hemos nacido para tener una visión objetiva de las cosas.

Nadie nunca tiene toda la verdad.

sábado, agosto 02, 2025

Taxi

Una de las claves de lo bien que nos lo estamos pasando en Estambul está en los taxis, que nos han llevado de una punta a otra de la ciudad a los cuatro en cuanto los hemos solicitado. 

Frente a los precios abusivos de todo lo que tenga que ver con el turismo, los Fiat Egea amarillos son el contrapunto, a pesar de la agresividad con la que conducen y de la muy mejorable limpieza de sus interiores.

Anoche felicitaba a un taxista joven que nos recogió en Sultanahmet.

—¡Qué limpio tienes el coche! -le solté. 

El tipo utilizó su traductor para agradecerme el comentario y decirme que normalmente lo lleva incluso más impecable. 

—¡Lo limpio a diario!

Le  había alegrado la noche.

Siempre nos quejamos de lo que nos chirría, con lo mucho que también se gana —ganamos todos— cuando ponemos en valor lo bueno.