La admiro, la envidio, la observo.
Yo vivo con una persona así, comparto mi vida con ella, estoy enamorado de él. Me enseña, sin discursos, a ver las cosas con perspectiva, a pensar las cosas antes de estallar, a no caminar siempre al borde del precipicio.
Yo le bajé varios grados la temperatura a mi sangre desde que estoy con él, pero aún soy un individuo que se revuelve con demasiada facilidad.
Hay que apretar los dientes, aguantar el pronto y mirar con perspectiva.
Se gana, siempre se gana, cuando se actúa uniendo la cabeza al corazón.
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